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sábado, agosto 17, 2024
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    Romanos 8 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Viviendo en el Espíritu

    1. ASÍ que ahora, ninguna condenacion hay para los que están en Cristo Jesus, que no andan conforme á la carne, mas conforme al Espíritu.

    2. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesus me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

    3. Porque lo que era imposible á la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando á su Hijo en semejanza de carne de pecado, del pecado tambien condenó al pecado en la carne:

    4. para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme á la carne, mas conforme al Espíritu.

    5. Porque los que son conforme á la carne, las cosas que son de la carne saben: mas los que conforme al Espíritu, las cosas que son del Espíritu.

    6. Porque la prudencia de la carne es muerte: mas la prudencia del Espíritu, vida y paz:

    7. por cuanto la prudencia de la carne es enemistad contra Dios: porque no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede.

    8. Así que, los que son en la carne, no pueden agradar á Dios.

    9. Mas vosotros no sois en la carne, sino en el Espíritu: por cuanto el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él.

    10. Empero si Cristo está en vosotros, el cuerpo á la verdad es muerto á causa del pecado: mas el espíritu vive á causa de la justicia.

    11. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos á Jesus, mora en vosotros, el que levantó á Cristo de los muertos, vivificará tambien vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    12. Así que, hermanos, deudores somos, no á la carne para que vivamos conforme á la carne.

    13. Porque si viviéreis conforme á la carne, morireis: mas si por el Espíritu mortificáreis las obras de la carne, vivireis.

    14. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.

    15. Porque no habeis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor: mas habeis recibido el Espíritu de adopcion, por el cual clamamos: Abba, Padre.

    16. Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de Dios.

    17. Y si hijos, tambien herederos: herederos ciertamente de Dios, y coherederos de Cristo: si empero, padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

    18. Porque yo me resuelvo, en que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.

    19. Porque el continuo atalayar de las criaturas la manifestacion de los hijos de Dios espera:

    20. porque las criaturas sujetadas fueron á vanidad, no de su voluntad, sino por causa de aquel que las sujetó,

    21. con esperanza que tambien las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupcion, en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

    22. Porque ya sabemos, que todas las criaturas gimen á una, y á una están de parto hasta ahora.

    23. Y no solo ellas, mas tambien nosotros mismos que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros tambien gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopcion, es á saber, la redencion de nuestro cuerpo.

    24. Porque en esperanza somos salvos: que la esperanza que se ve, no es esperanza: porque lo que alguno ve, no lo espera.

    25. Pues si lo que no vemos esperamos, por paciencia esperamos.

    26. Y asimismo tambien el Espíritu á una ayuda nuestra flaqueza: porque qué oremos como conviene, no lo sabemos: mas el mismo Espíritu demanda por nosotros con gemidos indecibles.

    27. Mas el que escudriña los corazones, sabe que es el deseo del Espíritu, es á saber, que conforme á Dios demanda por los santos.

    Más que vencedores

    28. Y ya sabemos, que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados.

    29. Porque los que antes conoció, tambien predestinó para que fuesen hechos conformes á la imágen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

    30. Y á los que predestinó, á estos tambien llamó; y á los que llamó, á estos tambien justificó; y á los que justificó, á estos tambien glorificó.

    31. ¿Pues qué diremos á esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién será contra nosotros?

    32. El que aun á su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará tambien con él todas las cosas?

    33. ¿Quién acusará contra los escogidos de Dios? Dios es el que los justifica.

    34. ¿Quién es el que los condenará? Cristo es el que murió: antes el que tambien resucitó, el que tambien está á la diestra de Dios, el que tambien demanda por nosotros.

    35. ¿Quién nos apartará de la caridad de Cristo? ¿tribulacion? ¿ó angustia? ¿ó persecucion? ¿ó hambre? ¿ó desnudez? ¿ó peligro? ¿ó cuchillo?

    36. (como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo: somos estimados como ovejas de matadero :)

    37. antes en todas estas cosas vencemos por aquel que nos amó.

    38. Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir,

    39. ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar de la caridad de Dios, que es en Cristo Jesus, Señor nuestro.