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miércoles, julio 17, 2024
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    Lucas 23 - Reina Valera 1862

    Jesús ante Pilato

    1. Y LEVANTÁNDOSE todo la mul- titud de ellos, lleváronle a Pilato.

    2. Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte nuestra nación, y que veda dar tributo a César, diciendo que él es el Cristo el Rey.

    3. Entónces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el rey de los Judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices.

    4. Y Pilato dijo a los príncipes de los sacerdotes, y al pueblo: Ninguna culpa hallo en este hombre.

    5. Mas ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.

    Jesús ante Herodes

    6. Entónces Pilato, oyendo de Galilea, preguntó si el hombre era Galileo.

    7. Y como entendió que era de la jurisdicción de Heródes, le remitió a Heródes, el cual también estaba en Jerusalem en aquellos dias.

    8. Y Heródes, viendo a Jesús, se holgó mucho; porque había mucho que le deseaba ver; porque había oido de él muchas cosas; y tenía esperanza que le vería hacer algún milagro.

    9. Y le preguntaba con muchas palabras; mas él nada le respondió.

    10. Y estaban los príncipes de los sacerdotes, y los escribas acusándole con gran porfía.

    11. Mas Heródes con sus soldados le menospreció, y escarneció, vistiéndole de una ropa espléndida; y le volvió a enviar a Pilato.

    12. Y fueron hechos amigos entre sí Pilato y Heródes en el mismo día; porque ántes eran enemigos entre sí.

    Jesús sentenciado a muerte

    13. Entónces Pilato, convocando los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados, y el pueblo,

    14. Les dijo: Me habéis presentado a éste por hombre que pervierte al pueblo; y, he aquí, yo preguntando delante de vosotros, no he hallado alguna culpa en este hombre de aquellas de que le acusais.

    15. Y ni aun Heródes; porque os remití a él; y he aquí, que ninguna cosa digna de muerte se le ha hecho.

    16. Le soltaré pues castigado.

    17. Y tenía necesidad de soltarles uno en la fiesta.

    18. Y toda la multitud dió voces a una, diciendo: Afuera con éste, y suéltanos a Barrabás:

    19. (El cual había sido echado en la cárcel por una sedición hecha en la ciudad, y una muerte.)

    20. Y les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús.

    21. Mas ellos volvían a dar voces, diciendo: Crucifícale, Crucifícale.

    22. Y él les dijo la tercera vez: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho éste? ninguna culpa de muerte he hallado en él: le castigaré pues, y le soltaré.

    23. Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado; y las voces de ellos, y de los príncipes de los sacerdotes prevalecieron.

    24. Entónces Pilato juzgó que se hiciese lo que ellos pedían.

    25. Y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y una muerte, al cual habían pedido; mas entregó a Jesús a la voluntad de ellos.

    Crucifixión y muerte de Jesús

    26. Y llevándole, tomaron a un Simón, Cireneo, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase en pos de Jesús.

    27. Y le seguía grande multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le lloraban, y lamentaban.

    28. Mas Jesús, vuelto a ellas, les dijo: Hijas de Jerusalem, no me lloreis a mí; mas lloráos a vosotras mismas, y a vuestros hijos.

    29. Porque, he aquí, que vendrán dias, en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no parieron, y los pechos que no criaron.

    30. Entónces comenzarán a decir a los montes: Caéd sobre nosotros; y a los collados: Cubrídnos.

    31. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco qué se hará?

    32. Y llevaban también con él otros dos, malhechores, a matar con él.

    33. Y como vinieron al lugar que se llama Calvario, le crucificaron allí; y a los malhechores, uno a la derecha, y otro a la izquierda.

    34. Mas Jesús decía: Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.

    35. Y el pueblo estaba mirando; y burlaban de él los príncipes con ellos, diciendo: A otros salvó: sálvese a sí mismo, si éste es el Mesías, el escogido de Dios.

    36. Escarnecían de él también los soldados, llegándose, y presentándole vinagre,

    37. Y diciendo: Si tú eres el Rey de los Judíos, sálvate a tí mismo.

    38. Y había también un título escrito sobre él con letras Griegas, y Latinas, y Hebráicas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.

    39. Y uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a tí mismo, y a nosotros.

    40. Y respondiendo el otro, le riñó, diciendo: ¿Ni aun tú temes a Dios, estando en la misma condenación?

    41. Y nosotros a la verdad, justamente, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.

    42. Y dijo a Jesús: Señor, acuérdate de mí cuando vinieres en tu reino.

    43. Entónces Jesús le dijo: De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraiso.

    44. Y era como la hora de sexta, y fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de nona.

    45. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rompió por medio.

    46. Entónces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró.

    47. Y como el centurión vió lo que había acontecido, dió gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.

    48. Y toda la multitud de los que estaban presentes a este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían hiriendo sus pechos.

    49. Mas todos sus conocidos estaban de léjos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, mirando estas cosas.

    Jesús es sepultado

    50. Y, he aquí, un varón llamado José, el cual era senador, varón bueno, y justo:

    51. El cual no había consentido en el consejo ni en los hechos de ellos, varón de Arimatea, ciudad de los Judíos: el cual también esperaba el reino de Dios.

    52. Este llegó a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.

    53. Y quitado de la cruz, le envolvió en una sábana, y le puso en un sepulcro que era labrado en roca, en el cual aun ninguno había sido puesto.

    54. Y era día de la preparación de la páscua; y el sábado esclarecía.

    55. Y viniendo también las mujeres que le habían seguido de Galilea, vieron el sepulcro, y como fué puesto su cuerpo.

    56. Y vueltas, aparejaron drogas aromáticas, y ungüentos; y reposaron el sábado, conforme al mandamiento.