1 Corintios 4 - Reina Valera 1990 (Adventista)El ministerio de los apóstoles1. Téngannos los hombres por servidores de Cristo, administradores de los secretos de Dios.* 2. Ahora bien, se requiere que cada administrador sea hallado fiel. 3. A mí poco me preocupa ser juzgado por vosotros, o por un tribunal humano. Ni aun yo me juzgo a mí mismo. 4. Aunque mi conciencia de nada me acusa, no por eso quedo justificado. El que me juzga, es el Señor.* 5. Así, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor. El iluminará lo oculto en tinieblas, y manifestará los motivos de los corazones. Entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza. 6. Esto, hermanos, lo he aplicado a Apolo y a mí, para vuestro beneficio, para que aprendáis de nosotros a no ir más allá de lo que está escrito, para que ninguno se apasione contra el otro. 7. Porque, ¿quién te distingue? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?* 8. Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Ojalá reinaseis, para que nosotros reinemos también con vosotros! 9. Porque pienso que Dios nos asignó a nosotros los apóstoles el último lugar, como a sentenciados a muerte. Hemos llegado a ser una exhibición para todo el mundo, tanto para los ángeles como para los hombres. 10. Nosotros insensatos por amor de Cristo, y vosotros prudentes en Cristo. Nosotros débiles, y vosotros fuertes. Vosotros honorables, y nosotros despreciables. 11. Hasta el presente pasamos hambre, sed y desnudez, somos abofeteados y sin hogar. 12. Nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Nos maldicen, y bendecimos. Padecemos persecución, y la soportamos. 13. Cuando nos difaman, respondemos con bondad. Hemos venido a ser como la hez del mundo, el desecho de todos.* 14. No escribo esto para avergonzaros, sino como advertencia a mis hijos amados. 15. Porque aunque tengáis diez mil maestros en Cristo, no tenéis muchos padres. En Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.* 16. Por tanto, os ruego que me imitéis. 17. Por eso os he enviado a Timoteo, mi hijo amado y fiel en el Señor, quien os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes en todas las iglesias.* 18. Algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiese de ir a vosotros. 19. Pero iré pronto a vosotros, si el Señor lo quiere; y entenderé, no las palabras sino el poder de los que andan hinchados. 20. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder, 21. ¿Qué queréis? Iré a vostros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre? |