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    1 Reyes 20 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    Acab derrota a los sirios

    1. Entonces Ben Hadad rey de Siria reunió todo su ejército, y con él 32ª Reyes, con caballos y carros. Y subió, cercó a Samaria y la atacó.

    2. Y envió mensajeros a la ciudad, a Acab rey de Israel, a decirle:

    3. Así dice Ben Hadad: "Tu plata y tu oro son míos, y tus mejores esposas y tus hijos hermosos son míos".

    4. El rey de Israel respondió: "Tal como dices, rey señor mío, soy tuyo con todo lo que tengo".

    5. Los mensajeros volvieron y dijeron: "Así dijo Ben Hadad: Yo te envié a decir: Tu plata y tu oro, tus mujeres y tus hijos me darás.

    6. "Además, mañana a esta hora enviaré mis siervos a ti, que registrarán tu casa y las casas de tus siervos; y tomarán con sus manos y llevarán todo lo precioso que tengas".

    7. Entonces el rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, y les dijo: "Ved cómo este hombre no busca sino el mal. Envió a pedir mis esposas y mis hijos, mi plata y mi oro; y yo no se lo negué".

    8. Los ancianos y el pueblo respondieron: "No le obedezcas, ni hagas lo que te pide".

    9. Entonces él respondió a los embajadores de Ben Hadad: "Decid al rey mi señor: Haré todo lo que mandaste a tu siervo al principio. Pero esto no lo puedo hacer". Y los embajadores fueron, y le dieron la respuesta.

    10. Y Ben Hadad volvió a decirle: "Que los dioses me traten con todo rigor, si queda suficiente polvo en Samaria para los puños de todo el pueblo que me sigue".

    11. El rey de Israel respondió: "Decidle, que no se alabe tanto el que se ciñe, como el que ya se desciñe".

    12. Cuando él oyó esta palabra, estaba bebiendo con los reyes en las tiendas. Dijo entonces a sus siervos: "Preparaos para el ataque". Y ellos se pusieron en posición de ataque contra la ciudad.

    13. Entonces un profeta vino a Acab rey de Israel, y le dijo: "Así dice el Eterno: ¿Has visto esta gran multitud? Yo la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas que Yo Soy el Eterno".

    14. Respondió Acab: "¿Por medio de quién?" El dijo: "Así dice el Eterno: Por medio de los siervos jóvenes de los príncipes de las provincias". Acab preguntó: "¿Quién empezará la batalla?" El respondió: "Tú".

    15. Entonces pasó revista a los siervos jóvenes de los príncipes de las provincias, que fueron 232. Luego llamó al resto de los israelitas, que fueron siete mil.

    16. Y salieron al mediodía. Ben Hadad estaba bebiendo, borracho en las tiendas, él y los 32ª Reyes que habían venido en su ayuda.

    17. Los siervos jóvenes de los príncipes de las provincias salieron primero. Ben Hadad había enviado observadores que le avisaron: "Unos hombres han salido de Samaria".

    18. El entonces dijo: "Si han salido por paz, tomadlos vivos. Y si han salido a pelear, tomadlos vivos".

    19. Salieron, pues, de la ciudad los siervos jóvenes de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el ejército.

    20. Y cada uno mató al que venía contra él. Así huyeron los sirios, y los de Israel los siguieron. El rey de Siria, Ben Hadad, escapó en un caballo con alguna gente de caballería.

    21. El rey de Israel salió, e hirió a la gente de a caballo, y a los carros; y deshizo a los sirios con gran estrago.

    22. Vino entonces el profeta al rey de Israel, y le dijo: "Ve, fortalécete y considera lo que has de hacer; porque pasado el año, el rey de Siria vendrá contra ti".

    23. Los siervos del rey de Siria le dijeron: "Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido. Pero si peleamos con ellos en la llanura, se verá si no los vencemos.

    24. "Haz, pues, así: Saca a los reyes de sus puestos, y pon capitanes en lugar de ellos.

    25. "Fórmate otro ejército como el que perdiste, con otros tantos caballos y carros. Después pelearemos con ellos en campo raso, y veremos si no los vencemos". El les dio oído, y lo hizo así.

    26. Pasado el año, Ben Hadad pasó revista a los sirios, y vino a Afec a pelear contra Israel.

    27. Los israelitas fueron también inspeccionados, llevaron provisiones y fueron a su encuentro. Acamparon delante de ellos, como dos rebañuelos de cabras. En cambio, los sirios llenaban la tierra.

    28. Entonces llegó el varón de Dios al rey de Israel, y le dijo: "Así dijo el Eterno: Por cuanto los sirios han dicho, el Eterno es Dios de los montes, y no de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que Yo Soy el Eterno".

    29. Siete días estuvieron acampados los unos frente a los otros. Al séptimo día se libró la batalla, y los israelitas mataron en un día cien mil sirios de a pie.

    30. Los demás huyeron a la ciudad de Afec, y la muralla cayó sobre 27.000 hombres que habían quedado. Ben Hadad fue huyendo a la ciudad, y se escondía de aposento en aposento.

    31. Entonces sus siervos le dijeron: "Hemos oído que los reyes de Israel son clementes. Pongamos ahora sacos en nuestros lomos y sogas en nuestro cuello, y salgamos al rey de Israel, a ver si por ventura te salvará la vida".

    32. Ciñeron, pues, sus lomos de sacos y sogas a sus cuellos, y fueron ante el rey de Israel y le dijeron: "Tu siervo Ben Hadad dice: Te ruego que salves mi vida". El respondió: "Si él vive aún, es mi hermano".

    33. Aquellos hombres tomaron esa palabra por buena señal, y aprovechándola dijeron: "¡Tu hermano Ben Hadad vive!" El dijo: "Id y traedlo". Ben Hadad entonces se presentó ante Acab, y él lo hizo subir en un carro.

    34. Ben Hadad le dijo: "Te restituiré las ciudades que mi padre tomó al tuyo. Y haz plazas en Damasco para ti, como mi padre las hizo en Samaria". "Te dejaré partir con esta alianza", dijo Acab, e hizo alianza con él, y lo dejó ir.

    35. Entonces, por orden de Dios, uno de los profetas dijo a su compañero: "Hiéreme ahora". Pero el otro no quiso herirlo.

    36. El le dijo: "Por cuanto no has obedecido la Palabra del Eterno, al apartarte de mí, te herirá un león". Y cuando se apartó de él, un león lo topó, y lo mató.

    37. Luego encontró a otro hombre, y le dijo: "Hiéreme ahora". El hombre le dio un golpe y le produjo una herida.

    38. El profeta se fue, se disfrazó con un velo sobre los ojos, y se puso ante el rey en el camino.

    39. Cuando el rey pasaba, alzó la voz y dijo al rey: "Tu siervo salió a la batalla y un soldado me trajo a un hombre, y me dijo: 'Guarda a este hombre. Si llega a faltar, tu vida será por la suya, o pagarás un talento de plata (34 kgs)'.

    40. "Como tu siervo estaba ocupado aquí y allá, el hombre desapareció". Entonces el rey de Israel le dijo: "Esa será tu sentencia. Tú la has pronunciado".

    41. Pero él se quitó presto la venda de sus ojos y el rey de Israel conoció que era de los profetas.

    42. Y él dijo al rey: "Así dice el Eterno. Tú soltaste al hombre que yo determiné que muriera. Por tanto, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo".

    43. Y el rey de Israel se fue triste y enojado a su casa de Samaria.