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jueves, julio 18, 2024
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    Hechos 17 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    El alboroto en Tesalónica

    1. Después de pasar por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga.

    2. Y como acostumbraba, Pablo fue a la sinagoga, y por tres sábados razonó con ellos de las Escrituras.

    3. Explicando y probando que el Cristo tenía que padecer y resucitar de entre los muertos. "Y que Jesús, a quien yo os anuncio -decía él-, es el Cristo".

    4. Algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y Silas; y de los griegos piadosos gran número, y no pocas mujeres prominentes.*

    5. Entonces los judíos incrédulos, llenos de envidia, reunieron a algunos ociosos, malos hombres, y juntando una turba, alborotaron la ciudad. Y asaltando la casa de Jasón, procuraron sacarlos al pueblo.

    6. Pero como no los hallaron, llevaron a Jasón y a algunos hermanos ante los gobernadores de la ciudad, dando voces: "Esos que han trastornado el mundo entero, han venido también aquí.

    7. "Y Jasón los ha recibido. Todos éstos van contra los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús".

    8. Al oír esto, el pueblo y los gobernadores de la ciudad, se alborotaron.

    9. Pero después de recibir una fianza de Jasón y de los demás, los soltaron.

    Pablo y Silas en Berea

    10. Tan pronto como anocheció, los hermanos enviaron a Pablo y a Silas a Berea. Y ellos, apenas llegaron, entraron en la sinagoga de los judíos.

    11. Estos fueron más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la Palabra de todo corazón, y examinaban cada día las Escrituras, para ver si esas cosas eran así.

    12. De ese modo, creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas distinguidas, y no pocos hombres.

    13. Pero cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea Pablo estaba anunciando la Palabra de Dios, fueron, y también allí alborotaron al pueblo.

    14. Entonces, en seguida los hermanos enviaron a Pablo hacia el mar, y Silas y Timoteo se quedaron allí.

    15. Los que se habían encargado de Pablo, lo llevaron hasta Atenas; y volvieron con el encargo de que Silas y Timoteo, fueran a él lo más pronto que pudieran.

    Pablo en Atenas

    16. Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía al ver la ciudad llena de ídolos.

    17. Así, razonaba en la sinagoga con los judíos piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.

    18. Algunos filósofos epicúreos y estoicos, debatían con él. Unos decían: "¿Qué quiere decir este palabrero?" Y otros: "Parece que predica dioses extraños", porque les predicaba a Jesús y la resurrección.

    19. Tomándolo, lo llevaron al Areópago, y le dijeron: "¿Podremos saber qué es esa nueva doctrina de que hablas?

    20. "Porque traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué significa esto".

    21. Porque entonces, los atenienses y los extranjeros que vivían allí, no se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.

    22. Entonces Pablo se puso de pie en medio del Areópago, y dijo: "Atenienses, en todo os veo muy religiosos.

    23. "Porque al pasar y observar los monumentos de vuestro culto, hallé también un altar con la inscripción: 'Al Dios desconocido'. A ése, que vosotros honráis sin conocerlo, os anuncio yo.

    24. "El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas.

    25. "Ni es honrado por manos de hombres, como si necesitara de algo. Pues él da a todos vida, aliento y todas las cosas.

    26. "De uno solo hizo todo el linaje de los hombres, para que habitaran en toda la tierra. Y les ha fijado el orden de las estaciones, y los límites de su residencia;

    27. "para que busquen a Dios, si tal vez, palpando lo puedan hallar, pues no está lejos de ninguno de nosotros.

    28. "Porque en él vivimos, y nos movemos, y existimos. Y como algunos de vuestros poetas dijeron: 'Linaje suyo somos'.

    29. "Siendo, pues, linaje de Dios, no hemos de pensar que Dios sea semejante a imágenes de oro, plata o piedra, escultura de arte de imaginación de hombres.

    30. "Pues Dios, habiendo pasado por alto ese tiempo de ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.

    31. "Por cuanto ha establecido un día, en el cual juzgará al mundo con justicia, por medio de aquel Hombre que él ha designado, dando a todos una garantía al resucitarlo de entre los muertos".

    32. En cuanto oyeron hablar de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: "Te oiremos acerca de esto otra vez".

    33. Así salió Pablo de en medio de ellos.

    34. Pero algunos se unieron a él y creyeron. Entre ellos Dionisio, miembro del Areópago, una mujer llamada Dámaris, y algunos otros.