29.2 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    2 Reyes 19 - Biblia Castilian 2003

    Judá es librado de Senaquerib

    1. El rey Ezequ as, al o rlo, rasgó sus vestiduras y, cubierto de saco, entró en el templo de Yahveh.

    2. Luego envió a Eliaqu n, mayordomo de palacio, a Sebná, el secretario, y a los sacerdotes más ancianos, cubiertos de saco, al profeta Isa as, hijo de Amós.

    3. Y le dijeron: "As habla Ezequ as: hoy es d a de angustia, de castigo y de oprobio, porque han llegado los hijos al cuello del útero, pero no hay fuerzas para el alumbramiento.

    4. Quizá Yahveh, tu Dios, habrá o do todas las palabras del copero mayor, enviado por el rey de Asiria, su se or, para insultar al Dios vivo, y le castigue por las palabras que Yahveh, tu Dios, ha o do. Eleva, pues, una plegaria por el resto que aún queda".

    5. Llegaron los servidores del rey Ezequ as ante Isa as,

    6. y éste les dijo: "Esto habéis de decir a vuestro se or: as habla Yahveh: no sientas temor por las palabras que has o do, con las cuales me han escarnecido los criados del rey de Asiria.

    7. He aqu que voy a poner en él un esp ritu tal que, al o r cierta noticia, se volverá a su pa s, y all le haré caer a filo de espada".

    8. Entre tanto, el copero mayor regresó y encontró al rey de Asiria cuando estaba éste atacando a Libná, pues ya hab a o do que el rey se hab a retirado de Laquis,

    9. tan pronto como le llegó esta noticia: "Mira que Tirhacá, rey de Etiop a, ha salido para atacarte". Y volvió a despachar mensajeros a Ezequ as para decirle:

    10. "As hablaréis a Ezequ as, rey de Judá: No te dejes enga ar por tu Dios, en quien conf as, y no digas: "No será entregada Jerusalén en manos del rey de Asiria".

    11. Bien sabes lo que los reyes de Asiria hicieron con todos los pa ses: cómo los entregaron al exterminio. ¿Te vas a librar tú?

    12. ¿Acaso salvaron los dioses a las naciones destruidas por mis padres: Gozán, Jarán, Résef, y a los de Eden, que estaban en Telassar?

    13. ¿Dónde está el rey de Jamat, el rey de Arpad y el rey de la ciudad de Sefarváin, de Hená y de Ivá?".

    14. Tomó Ezequ as las cartas de manos de los mensajeros y las leyó. Luego Ezequ as subió al templo de Yahveh y las extendió ante Yahveh.

    15. Y Ezequ as oró as en presencia de Yahveh: "¡Oh Yahveh, Dios de Israel, que moras sobre los querubines! Tú eres el único Dios de todos los reinos de la tierra; tú eres el que ha hecho el cielo y la tierra.

    16. Inclina, oh Yahveh, tus o dos y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira. Escucha las palabras que Senaquerib ha enviado para escarnio del Dios vivo.

    17. Verdaderamente, oh Yahveh, los reyes de Asiria han devastado las naciones y los pa ses,

    18. y han entregado sus dioses al fuego, porque ésos no eran dioses, sino hechuras de manos de hombre, de madera y de piedra. Por eso los pudieron destruir.

    19. Pero ahora, oh Yahveh, Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que sólo tú, oh Yahveh, eres Dios".

    20. Isa as, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequ as: "As habla Yahveh, Dios de Israel: he escuchado la plegaria que me has hecho acerca de Senaquerib, rey de Asiria.

    21. Éste es el oráculo que Yahveh ha pronunciado contra él: "Te desprecia y se burla de ti la doncella de Sión. A tus espaldas menea la cabeza la hija de Jerusalén.

    22. ¿A quién has escarnecido y ultrajado? ¿Contra quién elevaste la voz y alzaste, insolente, los ojos? ¡Contra el Santo de Israel!

    23. Por boca de tus mensajeros has escarnecido a mi Se or y has dicho: con la multitud de mis carros he subido a la cumbre de los montes, a las cimas del L bano. He talado sus más altos cedros, sus más escogidos cipreses. Penetré en sus lugares más remotos, en sus más frondosos bosques.

    24. Yo mismo he alumbrado y bebido aguas extranjeras; he secado con la planta de mis pies todos los canales de Egipto.

    25. ¿Pero nunca lo has o do? Desde lejanos tiempos lo tengo preparado; desde tiempos remotos lo hab a planeado, y ahora lo voy a ejecutar. Tú redujiste a montones de ruinas ciudades fortificadas;

    26. sus moradores, faltos de fuerzas, quedaron aterrados y confusos: fueron como hierba del campo, como el verde musgo, como jaramago en los tejados, como mies agostada antes de espigar.

    27. Pero yo sé cuándo te sientas, conozco tus idas y venidas, y cuándo te enfureces contra m.

    28. Porque te has enfurecido contra m, porque tu insolencia ha llegado a mis o dos, pondré mi anillo en tus narices, mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino que trajiste.

    29. Y ésta será para ti la se al: Este a o se comerá lo que reto e y el a o que viene lo que brote por s solo. Pero al tercer a o sembrad y segad, plantad vi as y comed sus frutos.

    30. El resto que se salve de la casa de Judá volverá a echar ra ces por abajo y a dar frutos por arriba.

    31. Porque de Jerusalén saldrá un resto; y supervivientes del monte de Sión. El celo de Yahveh Sebaot as lo hará".

    32. Por lo cual, esto dice Yahveh sobre el el rey de Asiria: "No entrará en esta ciudad ni lanzará flechas contra ella; no le hará frente con escudos ni alzará contra ella terraplenes.

    33. Por el camino que trajo ha de volver. En esta ciudad no entrará - oráculo de Yahveh -.

    34. Yo ampararé a esta ciudad para salvarla por mi honor y el de David, mi siervo"".

    35. Aquella misma noche salió el ángel de Yahveh y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Cuando se levantaron por la ma ana, vieron que no hab a más que cadáveres.

    36. Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, partió, regresó a N nive y all se quedó.

    37. Y un d a, mientras estaba postrado en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramélec y Saréser lo mataron a espada y huyeron al pa s de Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón.