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    Ezequiel 10 - Biblia Castilian 2003

    La gloria de Dios abandona el templo

    1. Miré y vi que, sobre la plataforma situada por encima de la cabeza de los querubines, hab a una piedra como de zafiro, que ten a la apariencia de un trono que sobresal a.

    2. Y dijo al hombre vestido de lino: "Métete entre las ruedas, por debajo de los querubines, llena el hueco de tus manos de carbones encendidos de entre los querubines y espárcelos por la ciudad". Él se metió ante mis propios ojos.

    3. Cuando entró aquel hombre, los querubines estaban parados a la derecha del templo, y la nube llenaba el atrio interior.

    4. Entonces la gloria de Yahveh se elevó por encima de los querubines hacia el umbral del templo y el templo se llenó de la nube, mientras el atrio estaba lleno del resplandor de la gloria de Yahveh.

    5. El rumor de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior; era como la voz de Sadday cuando habla.

    6. Cuando el hombre vestido de lino recibió la orden de tomar fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, entró y se paró junto a la rueda.

    7. Entonces el querub n alargó su mano, entre los querubines, hacia el fuego que hab a entre los querubines, lo tomó y lo puso en el hueco de las manos del hombre vestido de lino. Éste lo tomó y salió.

    8. En los querubines se ve a una especie de mano humana debajo de sus alas.

    9. Miré y vi cuatro ruedas junto a los querubines, cada rueda al lado de cada querub n; el aspecto de las ruedas era como el centelleo del topacio.

    10. En cuanto a su aspecto, las cuatro ten an la misma forma; era como si una rueda estuviera encajada en la otra.

    11. Cuando andaban, andaban hacia las cuatro direcciones; no giraban al andar, porque caminaban hacia el lugar adonde estaba orientada su cabeza, sin girar al andar.

    12. Todo su cuerpo, su espalda, sus manos y sus alas, lo mismo que las ruedas, estaban llenos de ojos todo alrededor - las ruedas que ten an los cuatro -.

    13. O que a las ruedas se las llamó Torbellino.

    14. Cada uno ten a cuatro caras; las facciones del primero eran facciones de querub n; las facciones del segundo, facciones de hombre; las del tercero, facciones de león; y las del cuarto, facciones de águila.

    15. Los querubines se elevaron: era el ser viviente que yo hab a visto junto al r o Quebar.

    16. Cuando los querubines avanzaban, avanzaban junto a ellos las ruedas; y cuando los querubines alzaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se separaban tampoco de su lado.

    17. Cuando ellos se paraban, se paraban ellas; y cuando se elevaban ellos, se elevaban ellas hacia ellos, pues el esp ritu del ser viviente estaba en ellas.

    18. La gloria de Yahveh traspasó el umbral y se colocó sobre los querubines.

    19. Los querubines desplegaron sus alas y se remontaron del suelo. Yo mismo los vi cuando sal an, y las ruedas con ellos. Se pararon a la entrada de la puerta oriental del templo de Yahveh. La gloria del Dios de Israel estaba encima de ellos.

    20. Era el ser viviente que yo hab a visto debajo del Dios de Israel junto al r o Quebar; entonces supe que eran querubines.

    21. Cada uno ten a cuatro caras, y cuatro alas cada uno; debajo de sus alas hab a una especie de manos humanas.

    22. En cuanto a la forma de sus facciones, eran las facciones que yo hab a visto junto al r o Quebar. Los cuatro avanzaban de frente.