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    Ezequiel 8 - Biblia Castilian 2003

    Visión de las abominaciones en Jerusalén

    1. El a o sexto, el d a cinco del sexto mes, estando yo sentado en mi casa y los ancianos de Judá sentados en mi presencia, se posó sobre m la mano del Se or Yahveh.

    2. Miré y vi una figura de apariencia humana. Desde lo que parec an las caderas para abajo era fuego y desde las caderas para arriba era resplandeciente, como el centelleo del ámbar.

    3. Alargó una especie de mano y me asió por un mechón de los pelos de la cabeza; entonces el esp ritu me elevó entre la tierra y el cielo y me llevó, en visiones divinas, a Jerusalén, a la entrada de la puerta interior que mira al norte, donde estaba el emplazamiento del dolo del celo que provoca los celos.

    4. Y he aqu que la gloria del Dios de Israel estaba all, tal como yo la hab a visto en la llanura.

    5. Y me dijo: "Hijo de hombre, alza tus ojos hacia el norte". Alcé los ojos hacia el norte, y all, al norte de la puerta del altar, a la entrada, estaba aquel dolo del celo.

    6. Me dijo: "Hijo de hombre. ¡Ya ves lo que hacen éstos, las grandes abominaciones que comete aqu la casa de Israel para alejarme de mi santuario! Pero todav a verás otras abominaciones mayores".

    7. Después me llevó a la entrada del atrio. Miré y vi un agujero en la pared.

    8. Me dijo: "Hijo de hombre, abre un boquete a través de la pared". Abr un boquete a través de la pared y apareció una puerta.

    9. "Entra - me dijo - y mira las perversas abominaciones que éstos cometen aqu ".

    10. Entré y miré. Vi que hab a toda clase de imágenes de reptiles y de animales detestables, todos los dolos de la casa de Israel pintados en todo alrededor de la pared.

    11. Y setenta de los ancianos de la casa de Israel, entre los cuales se encontraba Yazan as, hijo de Safán, estaban de pie ante ellos, cada uno con su incensario en la mano, mientras ascend a el perfume de una nube de incienso.

    12. Entonces me dijo: "¡Ya ves, hijo de hombre, lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su estancia con pinturas! Pues dicen: "Yahveh no nos ve; Yahveh ha abandonado el pa s"".

    13. Y a adió: "Pero verás que cometen abominaciones aún mayores".

    14. Luego me llevó a la entrada de la puerta del templo de Yahveh que mira al norte, y vi que hab a all unas mujeres sentadas llorando a Tamuz.

    15. Y me dijo: "¡Ya ves, hijo de hombre! Pero aún verás abominaciones mayores".

    16. Me llevó entonces al atrio interior del templo de Yahveh. Y vi que all, a la entrada del santuario de Yahveh, entre el vest bulo y el altar, hab a unos veinticinco hombres, de espaldas al santuario de Yahveh y de cara al oriente, adorando al Sol en dirección al oriente.

    17. Me dijo: "¡Ya ves, hijo de hombre! ¿Le basta, acaso, a la casa de Israel cometer las abominaciones que cometen aqu ? Al contrario, han llenado el pa s de violencia y continúan irritándome. ¡M ralos llevándose el ramo a las narices!

    18. Pues bien, también yo obraré con furor; no se apiadará mi vista ni tendré compasión. Clamarán ante mis o dos a grandes gritos, pero no los escucharé".