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sábado, agosto 17, 2024
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    Éxodo 9 - Jünemann Septuaginta en español

    La plaga en el ganado

    1. Plagas 5ª, 6ª y 7ª Y dijo Señor a Moisés: «Entra a Faraón, y le dirás: «Esto dice Señor, el Dios de los hebreos: «Deja ir mi pueblo, para que me sirva;

    2. que, si no quieres dejar ir mi pueblo, sino que aún le retienes,

    3. he aquí mano de Señor estará sobre tu ganado el en los campos, y sobre los caballos y sobre los jumentos, y los camellos, y vacas y ovejas: muerte grande sobremanera.

    4. Y maravillaré(a) yo en aquel tiempo entre el ganado de los egipcios y entre el ganado de los hijos de Israel: no morirá, de todo lo de los hijos de Israel nada».

    5. Y puso Dios término, diciendo: «Mañana hará Señor esta palabra sobre la tierra».

    6. E hizo Señor esta palabra al siguiente día y murió todo el ganado de los egipcios; pero, del ganado de los hijos de Israel, no murió nada.

    7. Y, viendo(b) Faraón que no murió de todo el ganado de los hijos de Israel nada, se agravó el corazón de Faraón; y no dejó ir el pueblo.

    La plaga de úlceras

    8. Y dijo Señor a Moisés y Aarón, diciendo: «Tomaos llenas las manos de hollín de cocina y espárzalo Moisés al cielo a faz de Faraón y a faz de sus servidores,

    9. y vuélvase polvo sobre toda la tierra de Egipto; y se tornará, en los hombres y en los cuadrúpedos, úlceras apostemadas, toda la tierra de Egipto; y se tornará, en los hombres y toda tierra de Egipto».

    10. Y tomó hollín de cocina a faz de Faraón, y esparciólo Moisés al cielo y volvióse úlceras apostemadas en los hombres y en los cuadrúpedos.

    11. Y no pudieron los hechiceros estar a faz de Moisés por las úlceras, pues las úlceras estaban en los hechiceros y toda tierra de Egipto.

    12. Pero endureció Señor el corazón de Faraón y no les escuchó; según ordenara Señor.

    La plaga de granizo

    13. Y dijo Señor a Moisés: «Madruga mañana y ponte delante de Faraón, y le dirás: «Esto dice Señor el Dios de los hebreos: «Deja ir mi pueblo para que me sirva.

    14. Porque esta vez yo suelto todos mis golpes contra tu corazón y el de tus servidores y de tu pueblo, para que sepas que no hay, como yo, otro en la tierra.

    15. Ahora, pues, soltando la mano, te hiriera y tu pueblo matara y te borrara de la tierra;

    16. empero, por esto has sido reservado: para manifestar yo en ti mi fuerza, y para que sea anunciado mi nombre en toda la tierra.

    17. ¿Todavía, pues, tú te levantas contra mi pueblo para no dejarles ir?

    18. He aquí yo lluevo, esta misma hora mañana, granizo mucho sobremanera, como no le ha ha ido semejante en Egipto desde el día que se fundó hasta el día de hoy.

    19. Ahora, pues, apresúrate a juntar el ganado y cuanto tuyo es en el campo; pues todos los hombres y el ganado, cuanto tuyo es en el campo, y no entrare en casa, y cayere sobre ellos el granizo, morirán».

    20. El temeroso de la palabra de Señor, entre los servidores de Faraón, juntó su ganado en las casas,

    21. pero el que no adhería su corazón a la palabra de Señor, dejó su ganado en los campos.

    22. Y dijo Señor a Moisés: «Extiende tu mano al cielo y habrá granizo sobre toda la tierra de Egipto, y sobre los hombres, y el ganado y toda planta la sobre la tierra».

    23. Y extendió Moisés la mano al cielo, y Señor dio voces(c) y granizó y corría el fuego sobre la tierra; y llovió Señor granizo sobre toda la tierra de Egipto.

    24. Y había granizo y fuego llameante en el granizo y el granizo mucho sobremanera; que no había habido tal en Egipto desde el día que se había hecho en él gente.

    25. E hirió el granizo en toda la tierra de Egipto, de hombre a ganado; y toda planta, la en el campo, hirió el granizo; y todos los árboles, los en los campos, destrozó el granizo;

    26. sólo en la tierra de Gesén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.

    27. Y envió Faraón y llamó a Moisés y Aarón, y díjoles: «He pecado esta vez: el Señor es justo; pero yo y mi pueblo, impíos.

    28. Rogad, pues, por mí a Señor, y cese de haber voces de Dios, y granizo y fuego; y os dejaré ir y ya no seguiréis quedando».

    29. Y díjole Moisés: «Cuando hubiere yo salido de la ciudad, extenderé mis manos a Señor, y las voces cesarán; y granizo y lluvia no habrá ya; para que sepas que del Señor, la tierra.

    30. Y tú y tus servidores sé que todavía no temeréis a Dios».

    31. Y el lino y la cebada fueron heridos; pues la cebada, espigando(d), y el lino semillando;

    32. pero el trigo y la escanda no fueron heridos, porque eran tardíos.

    33. Y salió Moisés de con Faraón fuera de la ciudad y extendió las manos a Señor; y las voces cesaron, y el granizo, y la lluvia no destiló ya sobre la tierra.

    34. Pero viendo Faraón que había cesado la lluvia y el granizo y las voces, continuó pecando y agravó su corazón y el de sus servidores.

    35. Y endurecióse el corazón de Faraón, y no dejó ir a los hijos de Israel; según había Señor hablado a Moisés.