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viernes, agosto 16, 2024
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    Romanos 5 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    Resultados de la justificación

    1. Justificados, por tanto, por la fe, estamos en paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,

    2. por quien también tenemos acceso en virtud de la fe a esta gracia en la que permanecemos, y nos gloriamos apoyados en la esperanza de la gloria de Dios.

    3. Pero no sólo esto: también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce la paciencia;

    4. la paciencia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza.

    5. Una esperanza que no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado.

    6. Porque Cristo, cuando todavía nosotros éramos débiles, murió por los impíos en el tiempo establecido.

    7. En realidad, es difícil encontrar alguien que muera por un hombre justo. Quizá alguien se atreva a morir por una persona buena.

    8. Pero Dios demuestra su amor hacia nosotros porque, siendo todavía pecadores, Cristo murió por nosotros.

    9. ¡Cuánto más, si hemos sido justificados ahora en su sangre, seremos salvados por él de la ira!

    10. Porque, si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida.

    11. Pero no sólo esto: también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.

    Adán y Cristo

    12. Por tanto, así como por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y a través del pecado la muerte, y de esta forma la muerte llegó a todos los hombres, porque todos pecaron...

    13. Pues, hasta la Ley, había pecado en el mundo, pero no se puede acusar de pecado cuando no existe ley;

    14. con todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre aquellos que no cometieron una transgresión semejante a la de Adán, que es figura del que había de venir.

    15. Pero el don no es como la caída; porque si por la caída de uno solo murieron todos, cuánto más la gracia de Dios y el don que se da en la gracia de un solo hombre, Jesucristo, sobreabundó para todos.

    16. Y no ocurre lo mismo con el don que con el pecado de uno solo; pues la sentencia a partir de una sola caída acaba en condenación, mientras que la gracia a partir de muchos pecados acaba en justificación.

    17. Pues si por la caída de uno solo la muerte reinó por medio de uno solo, mucho más los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia reinarán en la vida por medio de uno solo, Jesucristo.

    18. Por consiguiente, como por la caída de uno solo la condenación afectó a todos los hombres, así también por la justicia de uno solo la justificación, que da la vida, alcanza a todos los hombres.

    19. Pues como por la desobediencia de un solo hombre todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos.

    20. La Ley se introdujo para que se multiplicara la caída; pero una vez que se multiplicó el pecado, sobreabundó la gracia,

    21. para que, así como reinó el pecado por la muerte, así también reinase la gracia por medio de la justicia para vida eterna por nuestro Señor Jesucristo.