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jueves, julio 18, 2024
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    Daniel 5 - Nacar-Colunga

    La escritura en la pared

    1. El rey Baltasar dio un gran banquete a mil de sus príncipes, y con ellos se dio a beber vino.

    2. Excitado por el vino, mandó Baltasar que le llevasen los vasos de oro y plata que Nabucodonosor, su padre, había tomado del templo de Jerusalén, y que se sirviesen de ellos para beber el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas.

    3. Le trajeron, pues, los vasos de oro que habían sido arrebatados al templo de Dios de Jerusalén, y con ellos bebieron el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas.

    4. Bebían el vino y alababan a sus dioses de oro y de plata, de hierro y de bronce, de madera y de piedra.

    5. En aquellos momentos aparecieron los dedos de una mano de hombre que escribían delante del candelero, en el revoco de la pared del palacio real, viendo el rey el extremo de la mano que escribía.

    6. Mudó entonces el rey el color, y sus pensamientos le turbaron, se relajaron los músculos de sus lomos, y sus rodillas daban una contra otra.

    7. Gritó el rey con una voz muy fuerte que llamasen a los magos, caldeos y adivinos, y habiéndoles, dijo: El que descifre esta escritura y me la interprete será vestido de púrpura, llevará collar de oro al cuello y será el tercero en el gobierno del reino.

    8. Entraron todos los sabios del rey, pero ninguno pudo descifrar la escritura ni dar al rey su interpretación.

    9. Turbóse sobremanera el rey Baltasar, mudó de color y se consternaron sus príncipes.

    10. La reina, llevada del clamoreo del rey y de los príncipes, entró en la sala del banquete y, tomando la palabra, dijo: Vive por siempre, ¡oh rey! que no te turben tus pensamientos ni se demude tu rostro,

    11. que hay en tu reino un hombre que tiene en sí el espíritu de los santos dioses, y ya en los tiempos de tu padre, el rey, fue hallada en él una sabiduría semejante a la sabiduría de los dioses, y el rey Nabucodonosor, tu padre, ¡oh rey! le hizo jefe de magos, astrólogos, caldeos y adivinos,

    12. porque se halló en Daniel, llamado Baltasar por el rey, un espíritu superior de ciencia e inteligencia, la facultad de interpretar los sueños, de explicar los enigmas, de resolver las dudas. Llama, pues, a Daniel y él te dará la interpretación.

    13. Fue, pues, introducido Daniel a la presencia del rey, y tomando el rey la palabra, dijo a Daniel: ¿Eres tú Daniel, de los hijos de Judá, a quien el rey, mi padre, trajo de Jerusalén?

    14. Me han dicho de ti que tienes el espíritu de los dioses y que hay en ti luz, entendimiento y gran sabiduría.

    15. Ahora acaban de traerme sabios y astrólogos para leer esta escritura y darme su interpretación, pero ninguno ha podido explicarme la cosa.

    16. He oído de ti que puedes resolver las dudas y aclarar las oscuridades. Si me lees esa escritura y me das su interpretación, llevarás al cuello collar de oro y serás el tercero en el reino”

    17. Respondió entonces Daniel, diciendo al rey: Sean para ti tus dones, ¡oh rey! y haz a otro tus mercedes. Yo leeré al rey lo escrito y le daré la interpretación.

    18. El Dios Altísimo, ¡oh rey! dio a Nabucodonosor, tu padre, el reino, la grandeza, la gloria y la magnificencia.

    19. Por la grandeza que le dio, temblaban ante él y le temían todos los pueblos, naciones y lenguas. Mataba a quien quería, y a quien quería daba la vida; engrandecía a quien quería, y a quien quería le humillaba."

    20. Mas, cuando su corazón se ensoberbeció y su espíritu se endureció altivo, fue depuesto del trono de su reino y despojado de su gloria.

    21. Fue arrojado de entre los hijos de los hombres, se hizo semejante a las bestias y moró con los asnos salvajes. Diéronle a comer hierba como a los bueyes y se empapó su cuerpo del rocío del cielo, hasta que conoció que el Altísimo es dueño del reino de los hombres y pone sobre él a quien le place.

    22. Y tú, Baltasar, hijo suyo, sabiendo esto, no has humillado tu corazón.

    23. Te has alzado contra el Señor de los cielos, han traído ante ti los vasos de su casa y os habéis servido de ellos para beber vino tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas; has alabado a dioses de plata y oro, de bronce y de hierro, de madera y de piedra, que ni ven ni entienden, y no has dado gloria al Dios que tiene en sus manos tu vida y es el dueño de todos los caminos."

    24. Por eso ha mandado El esa mano que ha trazado esa escritura.

    25. La escritura es: “Mené, mené, teqel, ufarsin”;"

    26. y ésta es su interpretación: “mené,” ha contado Dios tu reino y le ha puesto fin;"

    27. “teqel,” has sido pesado en la balanza y hallado falto de peso;"

    28. “ufarsin,” ha sido roto tu reino y dado a los medos y persas.

    29. Mandó entonces Baltasar vestirle de púrpura, y poner a su cuello el collar de oro, y pregonar de él que era el tercero en el reino.

    30. Aquella misma noche fue muerto Baltasar, rey de los caldeos,

    31. y Darío, rey de Media, se apoderó del reino a los sesenta y dos años.