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miércoles, julio 17, 2024
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    2 Corintios 6 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    1. Colaboradores de Dios como somos, no podemos menos de recomendaros que no dejéis que se pierda su gracia.

    2. Es Dios mismo quien dice: Tengo un tiempo propicio para escucharte, un día en que vendré en tu ayuda para salvarte. Pues bien, éste es el tiempo especialmente propicio, éste es el día de la salvación.

    3. En cuanto a nosotros, procuramos que nadie pueda tomar pie de nuestra conducta para desacreditar nuestra labor.

    4. Ahí está, si no, lo mucho que hemos tenido que soportar, como prueba de que en todo momento nos hemos comportado como servidores de Dios. Ahí están los sufrimientos, las dificultades, las estrecheces,

    5. los golpes, las prisiones, los tumultos, los trabajos agotadores, las noches sin dormir, los días sin comer.

    6. Ahí está nuestra limpieza de vida, nuestro conocimiento de las cosas de Dios, nuestra entereza en la prueba, nuestra bondad. Ahí está la presencia del Espíritu Santo en nosotros, nuestro amor sin doblez,

    7. la verdad que anunciamos y el poder de Dios que nos avala. Tanto para atacar como para defendernos, empuñamos las armas que nos proporciona la fuerza salvadora de Dios.

    8. Unos nos ensalzan y otros nos afrentan; unos nos difaman y otros nos alaban. Se nos considera impostores, aunque decimos la verdad;

    9. querrían desconocernos, pero somos bien conocidos; nos vemos siempre en trance de muerte, pero todavía con vida; castigados, pero sin que la muerte nos alcance.

    10. Nos imaginan tristes, y estamos llenos de alegría; parecemos pobres, y enriquecemos a muchos; damos la impresión de no tener nada, y lo tenemos todo.

    11. Acabo de desahogarme con vosotros, corintios, y es como si el corazón se me hubiera ensanchado.

    12. Me sobra corazón para amaros, mientras vosotros parece que andáis escasos.

    13. Si amor con amor se paga, como a hijos os lo pido: ¡hacedme un hueco en vuestro corazón!

    Somos templo del Dios viviente

    14. No andéis con los incrédulos; sería como formar una pareja desigual. ¿Tiene algo que ver la rectitud con la maldad? ¿Tienen algo en común la luz y las tinieblas?

    15. ¿Qué acuerdo puede haber entonces entre Cristo y Satanás? ¿Qué tipo de asociación entre el creyente y el incrédulo?

    16. ¿Es que puede haber algo en común entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos templos de Dios vivo. Así lo ha dicho Dios mismo: En medio de ellos habitaré y caminaré a su lado; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

    17. Por eso, salid de entre esas gentes, apartaos de ellas - dice el Señor. No toquéis cosa impura, y yo os acogeré.

    18. Seré padre para vosotros, y vosotros seréis mis hijos e hijas - dice el Señor todopoderoso.