32.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Apocalipsis 20 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    Los mil años

    1. Vi a un ángel que bajaba del cielo. Llevaba en la mano la llave del abismo y una gruesa cadena.

    2. Apresó al dragón, la antigua serpiente - es decir, el diablo o Satanás - y lo encadenó por mil años.

    3. Lo arrojó después al abismo, y allí lo encerró; y selló la entrada, para que en adelante no pueda seducir a las naciones hasta que hayan pasado los mil años. Pasados esos mil años, gozará de libertad por breve tiempo.

    4. Vi también unos tronos; a los que se sentaron en ellos se les dio poder para juzgar. Y vi a los que habían sido asesinados por haber dado testimonio de Jesús y por haber proclamado la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no llevaban tatuada en la frente ni en las manos la marca de la bestia. Todos éstos recobraron la vista y reinaron con Cristo mil años.

    5. Los demás muertos, en cambio, no volvieron a la vida hasta pasados los mil años. Es la primera resurrección.

    6. ¡Dichosos aquellos a quienes Dios ha elegido para tomar parte en ella! Invulnerables a la segunda muerte, serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él los mil años.

    7. Pero un día llegarán a su fin los mil años. Entonces Satanás será desencadenado,

    8. y tratará de seducir a los habitantes de los cuatro puntos cardinales del mundo, a Gog y a Magog, cuyos ejércitos, innumerables como las arenas del mar, pondrá en pie de guerra.

    9. Y, efectivamente, estos ejércitos se extendieron sobre el mundo como mancha de aceite, sitiaron el campamento de los elegidos y pusieron cerco a la ciudad bienamada. Pero un fuego se abatió sobre ellos desde el cielo y los devoró.

    10. Y el diablo, el seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre. Allí, en compañía de la bestia y el falso profeta, sufrirá tormento por siempre, día y noche sin cesar.

    El juicio ante el gran trono blanco

    11. Vi luego un trono resplandeciente y majestuoso. Ante la presencia del que estaba sentado en él desaparecieron el cielo y la tierra, sin dejar rastro tras de sí.

    12. De pie ante el trono estaban todos los muertos, los humildes y los poderosos. Entonces fueron abiertos los libros. También fue abierto otro libro: el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a las acciones que tenían consignadas en los libros.

    13. Todos fueron juzgados conforme a sus acciones: los muertos devueltos por el mar y los devueltos por la muerte y el abismo.

    14. Y la muerte y el abismo fueron después arrojados al lago de fuego, es decir, a la segunda muerte.

    15. Allí fueron arrojados también aquellos cuyo nombre no esta inscrito en el libro de la vida.