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miércoles, julio 17, 2024
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    Hebreos 8 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    El mediador de un nuevo pacto

    1. Este es, pues, el punto central de cuanto venimos diciendo: que tenemos, junto al mismo trono celestial de Dios, un sumo sacerdote

    2. que desempeña sus funciones en el "lugar santísimo", en el verdadero santuario, construido no por el hombre, sino por Dios.

    3. Y como todo sumo sacerdote lo es para ofrecer dones y sacrificios, es preciso que también nuestro sumo sacerdote, Jesucristo, tenga algo que ofrecer.

    4. Claro que aquí, en la tierra, su sacerdocio no tendría razón de ser, al existir ya otros sacerdotes que presentan las ofrendas prescritas por la ley de Moisés.

    5. Sacerdotes, sin embargo, cuyo culto no pasa de ser sombra y figura de las realidades celestiales. Así se lo dio a entender Dios a Moisés cuando éste se disponía a construir el santuario: Mira - le dijo -: hazlo todo según el modelo que te ha sido mostrado en el monte.

    6. De aquí que se le haya confiado a Jesucristo su ministerio más excelso, pues por algo es mediador de una alianza tanto más valiosa, cuanto de más valor son las promesas en que está cimentada.

    7. No hubiera sido necesaria una segunda alianza de haber sido perfecta la primera.

    8. Pero, de hecho, Dios recrimina así a los destinatarios de la primera alianza: He aquí que llega el tiempo - dice el Señor - en que yo concertaré una alianza nueva con el pueblo de Israel y el de Judá.

    9. No será como la alianza que concerté con sus antepasados, cuando los tomé de la mano y los saqué de Egipto. Como ellos quebrantaron mi alianza, también yo hube de abandonarlos - dice el Señor -.

    10. Pero la alianza que concertaré con Israel cuando llegue aquel tiempo, será así - dice el Señor -: Inculcaré mis leyes en su mente y en su mismo corazón las escribiré: yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

    11. Ya nadie tendrá que enseñar a su vecino, ni será preciso que nadie diga a su hermano: "Acepta al Señor. " Porque todos me aceptarán entonces, desde el más pequeño hasta el mayor;

    12. y yo perdonaré sus iniquidades y no me acordaré de sus pecados.

    13. Al llamar "nueva" a esta alianza, Dios está declarando anticuada la primera; y todo lo que se queda viejo y anticuado, está en trance de desaparecer.