28.1 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Hechos 9 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    Conversión de Saulo

    1. Entre tanto, Saulo, que seguía con el corazón lleno de amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se dirigió al sumo sacerdote

    2. y le pidió cartas de presentación para las sinagogas de Damasco. Su intención era conducir presos a Jerusalén a cuantos seguidores del nuevo camino del Señor encontrara, tanto hombres como mujeres.

    3. Se hallaba en ruta hacia Damasco, a punto ya de llegar, cuando de pronto un resplandor celestial le deslumbró.

    4. Cayó a tierra y oyó una voz que decía: - Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?

    5. - ¿Quién eres, Señor? - preguntó Saulo. - Soy Jesús, a quien tú persigues - respondió la voz -.

    6. Anda, levántate y entra en la ciudad. Allí recibirás instrucciones sobre lo que debes hacer.

    7. Sus compañeros de viaje se habían quedado mudos de estupor. Oían la voz, pero no veían a nadie.

    8. Saulo se levantó del suelo, y cuando abrió los ojos, no podía ver. Así que le llevaron de la mano a Damasco,

    9. donde pasó tres días privado de la vista, sin comer y sin beber.

    10. Residía en Damasco un discípulo llamado Ananías. En una visión oyó que el Señor le llamaba: - ¡Ananías! - Aquí estoy, Señor - respondió.

    11. El Señor le dijo: - Vete rápidamente a casa de Judas, en la calle Recta, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Ahora está orando,

    12. y acaba de tener una visión en la que un hombre llamado Ananías entra en su casa y le toca los ojos con las manos para que recobre la vista.

    13. - Señor - contestó Ananías -, muchas personas me han hablado acerca de ese hombre y del daño que ha causado a tus fieles en Jerusalén.

    14. Y aquí mismo tiene plenos poderes de los jefes de los sacerdotes para prender a todos los que te invocan.

    15. - Tú vete - replicó Ananías -, porque he sido yo quien he elegido a ese hombre para que anuncie mi mensaje a todas las naciones, a sus gobernadores y al pueblo de Israel.

    16. Yo mismo le mostraré las contrariedades que habrá de sufrir por mi causa .

    17. Ananías partió inmediatamente y tan pronto como entró en la casa, tocó con sus manos los ojos de Saulo y le dijo: - Hermano Saulo, Jesús el Señor, el mismo que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.

    18. De repente cayeron de sus ojos una especie de escamas y recuperó la vista. A continuación fue bautizado,

    19. tomó alimento y recobró fuerzas. Saulo se quedó algún tiempo con los discípulos que residían en Damasco,

    Saulo predica en Damasco

    20. y bien pronto empezó a proclamar en las sinagogas que Jesús era el Hijo de Dios.

    21. Todos los que le oían comentaban llenos de asombro: - ¿No es éste el que en Jerusalén perseguía con saña a los creyentes? ¿Y no ha venido aquí expresamente para llevarlos presos ante los jefes de los sacerdotes?

    22. Pero el prestigio de Saulo crecía más y más, y con argumentos irrefutables demostraba a los judíos de Damasco que Jesús era el Mesías.

    Saulo escapa de los judíos

    23. Algún tiempo después, los judíos se propusieron matar a Saulo.

    24. Pero alguien le puso al corriente de sus planes homicidas, y, aunque los judíos vigilaban día y noche las puertas de la ciudad con intención de asesinarle,

    25. los discípulos de Saulo le descolgaron una noche por la muralla metido dentro de un cesto.

    Saulo en Jerusalén

    26. A su llegada a Jerusalén trató de unirse al grupo de los discípulos; pero todos le temían, pues no acababan de creer que fuera uno de ellos.

    27. Entonces, Bernabé le tomó consigo y le presentó a los apóstoles. Les contó cómo Saulo había visto al Señor en su viaje hacia Damasco, de qué manera le había hablado el Señor y con qué valentía había hablado en Damasco acerca de Jesús.

    28. A partir de entonces, Saulo se movía libremente por Jerusalén en compañía de los apóstoles, y hablaba sin miedo acerca del Señor.

    29. Pero pronto entró en polémica con los judíos de lengua griega, que comenzaron a hacer planes para matarle.

    30. Al enterarse, los hermanos le escoltaron hasta Cesarea y después le encaminaron a Tarso.

    31. La Iglesia gozó de un período de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Fueron días en que, impulsada por el Espíritu Santo y plenamente fiel al Señor, iba consolidándose y extendiéndose cada vez más.

    Curación de Eneas

    32. Pedro, que recorría incansable todos los lugares, fue también a visitar a los fieles de Lida.

    33. Allí encontró a un hombre llamado Eneas, a quien la parálisis tenía postrado en cama desde hacía ocho años.

    34. Pedro le dijo: - Eneas, Jesucristo va a curarte; levántate y haz tu cama . Eneas se levantó inmediatamente.

    35. Y cuando los habitantes de Lida y de toda la llanura de Sarón le vieron sano, se convirtieron al Señor.

    Dorcas es resucitada

    36. Había en Jope una mujer creyente llamada Tabita, nombre que significa "Gacela". Se dedicaba por entero a hacer buenas obras y a socorrer a los necesitados.

    37. Pero uno de aquellos días cayó enferma y murió. Lavaron su cadáver y lo depositaron en la habitación del piso de arriba.

    38. Los discípulos de Jope, ciudad próxima a Lida, se enteraron de que Pedro se hallaba en esta última ciudad, y enviaron urgentemente dos hombres con este ruego: - Por favor, ven a nuestra ciudad sin pérdida de tiempo.

    39. Pedro partió con ellos en seguida. Al llegar a Lida le hicieron subir a la habitación donde estaba la difunta. Allí se vio rodeado de viudas que, anegadas en lágrimas, le mostraban los vestidos y mantos que Gacela les hacía cuando estaba con ellas.

    40. Pedro hizo salir a todos y, arrodillándose, se puso a orar. Se acercó después al cadáver y dijo: - ¡Tabita, levántate! Ella abrió los ojos, y, al ver a Pedro, se incorporó en el lecho.

    41. El la tomó de la mano y la ayudó a ponerse en pie; llamó luego a las viudas y a los fieles, y se la presentó con vida.

    42. La noticia corrió por toda Jope, y fueron muchos los que creyeron en el Señor.

    43. Pedro se quedó una temporada en Jope, en casa de un tal Simón, que era curtidor.