33 C
Miami
viernes, julio 19, 2024
Más


    Hechos 9 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Conversión de Saulo

    1. Pero Saulo, respirando todavía amenaza y asesinato contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote

    2. y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que pudiera traer atados a Jerusalén a cualesquiera que hallara que pertenecieran al Camino, tanto a varones como a mujeres.

    3. Ahora bien, al ir viajando se acercó a Damasco, cuando de repente una luz del cielo fulguró alrededor de él,

    4. y él cayó a tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?”.

    5. Dijo él: “¿Quién eres, Señor?”. Él dijo: “Soy Jesús, a quien estás persiguiendo.

    6. Sin embargo, levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que tienes que hacer”.

    7. Ahora bien, los varones que viajaban con él estaban parados sin poder hablar, oyendo, en realidad, el sonido de una voz, pero sin ver a nadie.

    8. Entonces Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía abiertos los ojos, no veía nada. De modo que lo llevaron de la mano y lo condujeron a Damasco.

    9. Y por tres días no vio nada, y ni comió ni bebió.

    10. Había en Damasco cierto discípulo de nombre Ananías, y el Señor le dijo en una visión: “¡Ananías!”. Él dijo: “Aquí estoy, Señor”.

    11. El Señor le dijo: “Levántate, ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un hombre cuyo nombre es Saulo, de Tarso. Porque, ¡mira!, está orando,

    12. y en una visión ha visto que un varón por nombre Ananías entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista”.

    13. Pero Ananías contestó: “Señor, he oído de muchos acerca de este varón, cuántas cosas perjudiciales hizo a tus santos en Jerusalén.

    14. Y aquí tiene autoridad de parte de los sacerdotes principales para poner en cadenas a todos los que invocan tu nombre”.

    15. Pero el Señor le dijo: “Ponte en camino, porque este hombre me es un vaso escogido para llevar mi nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel.

    16. Porque le mostraré claramente cuántas cosas tendrá que sufrir por mi nombre”.

    17. De modo que Ananías se fue, y entró en la casa, y puso las manos sobre él y dijo: “Saulo, hermano, el Señor, el Jesús que se te apareció en el camino por el cual venías, me ha enviado, para que recobres la vista y seas lleno de espíritu santo”.

    18. E inmediatamente cayó de los ojos de él lo que se parecía a escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado,

    19. y tomó alimento y cobró fuerza. Estuvo por algunos días con los discípulos que había en Damasco,

    Saulo predica en Damasco

    20. e inmediatamente en las sinagogas se puso a predicar a Jesús, que Este es el Hijo de Dios.

    21. Pero todos los que le oían quedaban pasmados y decían: “¿No es este el hombre que en Jerusalén asolaba a los que invocan este nombre, y que había venido acá con ese mismo propósito, para conducirlos atados a los sacerdotes principales?”.

    22. Pero Saulo siguió adquiriendo tanto más poder, y confundía a los judíos que moraban en Damasco al probar lógicamente que este es el Cristo.

    Saulo escapa de los judíos

    23. Entonces, cuando se cumplía una buena cantidad de días, los judíos entraron en consejo para eliminarlo.

    24. Sin embargo, el complot de ellos contra él llegó a serle conocido a Saulo. Pero también vigilaban cuidadosamente las puertas tanto de día como de noche para eliminarlo.

    25. De modo que sus discípulos lo tomaron y lo bajaron de noche por una abertura en el muro, descolgándolo en un cesto.

    Saulo en Jerusalén

    26. Al llegar a Jerusalén él se esforzó por unirse a los discípulos; pero todos le tenían miedo, porque no creían que fuera discípulo.

    27. De modo que Bernabé vino en socorro de él y lo condujo a los apóstoles, y les dijo en detalle cómo en el camino este había visto al Señor, y que le había hablado, y cómo en Damasco había hablado denodadamente en el nombre de Jesús.

    28. Y él continuó con ellos, entrando y saliendo en Jerusalén, hablando denodadamente en el nombre del Señor;

    29. y hablaba y disputaba con los judíos de habla griega. Pero estos intentaron eliminarlo.

    30. Cuando los hermanos descubrieron esto, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.

    31. Entonces, verdaderamente, la congregación por toda Judea y Galilea y Samaria entró en un período de paz, siendo edificada; y como andaba en el temor de Jehová y en el consuelo del espíritu santo, siguió multiplicándose.

    Curación de Eneas

    32. Ahora bien, puesto que Pedro iba pasando por todas [partes], bajó también a los santos que moraban en Lida.

    33. Allí halló a cierto hombre de nombre Eneas, que llevaba ocho años de yacer postrado en su camilla, pues era paralítico.

    34. Y Pedro le dijo: “Eneas, Jesucristo te sana. Levántate y haz tu cama”. Y al instante él se levantó.

    35. Y lo vieron todos los que habitaban en Lida y en la [llanura de] Sarón, y estos se volvieron al Señor.

    Dorcas es resucitada

    36. Pero en Jope había cierta discípula de nombre Tabita, que, traducido, significa Dorcas. Esta abundaba en buenos hechos y en dádivas de misericordia que hacía.

    37. Pero en aquellos días sucedió que enfermó y murió. De modo que la lavaron y la pusieron en un aposento de arriba.

    38. Ahora bien, como Lida estaba cerca de Jope, cuando los discípulos oyeron que Pedro estaba en esta ciudad le despacharon dos varones para suplicar[le]: “Por favor, no titubees en venir hasta donde estamos”.

    39. Ante aquello, Pedro se levantó y fue con ellos. Y cuando llegó, lo condujeron al aposento de arriba; y todas las viudas se le presentaron llorando y exhibiendo muchas prendas de vestir interiores y exteriores que Dorcas solía hacer mientras estaba con ellas.

    40. Pero Pedro hizo salir a todos y, doblando las rodillas, oró, y, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: “Tabita, ¡levántate!”. Ella abrió los ojos y, alcanzando a ver a Pedro, se incorporó.

    41. Dándole la mano, él la levantó, y llamó a los santos y a las viudas y la presentó viva.

    42. Esto llegó a ser conocido por toda Jope, y muchos se hicieron creyentes en el Señor.

    43. Por espacio de bastantes días él permaneció en Jope con cierto Simón, curtidor.