28.1 C
Miami
sábado, julio 20, 2024
Más


    Isaías 31 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Los egipcios son hombres y no dioses

    1. ¡Ay de los que bajan a Egipto por auxilio, los que se apoyan en simples caballos, y que cifran su confianza en carros de guerra, porque son numerosos, y en corceles, porque son muy poderosos, pero que no han mirado al Santo de Israel y no han buscado a Jehová mismo!

    2. Y él también es sabio y traerá lo que es calamitoso, y no ha revocado sus propias palabras; y ciertamente se levantará contra la casa de los malhechores y contra el auxilio de los que practican lo que es perjudicial.

    3. Los egipcios, sin embargo, son hombres terrestres, y no Dios; y sus caballos son carne, y no espíritu. Y Jehová mismo extenderá su mano, y el que ofrece ayuda tendrá que tropezar, y el que es ayudado tendrá que caer, y al mismo tiempo todos ellos se acabarán.

    4. Porque esto es lo que me ha dicho Jehová: “Tal como gruñe el león, aun el leoncillo crinado, sobre su presa, cuando se llama a salir contra él a un número cabal de pastores, [y] a pesar de la voz de ellos él no se aterroriza, y a pesar de la conmoción de ellos no se agacha, de la misma manera Jehová de los ejércitos descenderá para hacer guerra sobre el monte Sión y sobre su colina.

    5. Como pájaros que vuelan, Jehová de los ejércitos defenderá de la misma manera a Jerusalén. Al defender[la], también ciertamente [la] librará. Al perdonar[la], también tiene que hacer que [ella] escape”.

    6. “Vuelvan a Aquel contra quien los hijos de Israel han ido a lo profundo en su sublevación.

    7. Porque en aquel día ellos rechazarán cada cual sus dioses de plata inútiles y sus dioses de oro que nada valen, que las manos de ustedes han hecho para ustedes como pecado.

    8. Y el asirio tiene que caer a espada, no [la de] un hombre; y una espada, no [la del] hombre terrestre, lo devorará. Y él tiene que huir a causa de la espada, y a sus propios jóvenes se les llegará a usar para trabajos forzados mismos.

    9. Y su propio peñasco pasará de puro espanto, y a causa de la señal enhiesta sus príncipes tienen que aterrorizarse”, es la expresión de Jehová, cuya luz está en Sión y cuyo horno está en Jerusalén.