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viernes, julio 19, 2024
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    Lucas 7 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    Jesús sana al siervo de un centurión

    1. Después que acabó todas sus palabras a los oídos del pueblo, Jesús entró en Capernaum.

    2. Un centurión tenía a un siervo enfermo que iba a fallecer, el cual le era apreciado.

    3. Al oír hablar de Jesús envió a él ancianos de los judíos, rogándole que viniese a salvar a su siervo.

    4. Ellos, presentándose a Jesús, le suplicaban con insistencia, diciendo: Es digno que le concedas esto,

    5. porque ama a nuestra nación y él nos edificó la sinagoga.

    6. Y Jesús iba con ellos, mas como ya no estaba lejos de la casa, el centurión envió a él amigos, diciéndole: ¡Señor! No te molestes, porque no soy digno de que entres debajo de mi techo.

    7. Por esto ni me juzgué a mí mismo digno de venir a ti, mas dilo de palabra y será curado mi siervo.

    8. Pues yo hombre soy subordinado bajo autoridad, teniendo bajo mis órdenes soldados y digo a éste: Ve, y va. y a otro: Ven y viene y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

    9. Oyendo estas cosas Jesús le admiró, y volviéndose a la gente que le seguía dijo: Os digo que ni en Israel hallé tanta fe.

    10. Y al volver a la casa los enviados hallaron sano al siervo enfermo.

    Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín

    11. Y aconteció al día siguiente que Jesús iba a una ciudad llamada Nain, e iban con él sus discípulos y una gran multitud.

    12. Como llegó a la puerta de la ciudad, he aquí que se llevaba a la tierra un difunto hijo único a su madre, la cual era viuda y bastante gente de la ciudad estaba con ella.

    13. Viéndola el Señor fué movido a misericordia para con ella y le dijo: No llores.

    14. Y acercándose tocó el féretro y los que lo llevaban se pararon y dijo: Joven: te digo: Despiértate.

    15. Y se sentó el muerto y comenzó a hablar, y diólo Jesús a su madre.

    16. Y el temor se apoderó de todos; y glorificaban a Dios diciendo: Un gran profeta está suscitado entre nosotros, y Dios visitó a su pueblo.

    17. Y salió esta fama de él en toda la Judea y en toda la comarca.

    Los mensajeros de Juan el Bautista

    18. Y contaron a Juan sus discípulos todas estas cosas y llamando a dos de sus discípulos,

    19. Juan los envió a Jesús, diciendo: ¿Eres tú, el que viene o esperamos a otro?

    20. Llegados a él, los varones dijeron: Juan el bautista nos ha enviado a tí, diciendo: ¿Eres tú el que viene o esperamos a otro?

    21. En esta hora misma curó a muchos de enfermedades y de plagas y de espíritus malos, y a muchos ciegos dio la vista.

    22. Y respondiendo Jesús les dijo: Id, contad a Juan lo que visteis y oísteis: Ciegos ven. cojos andan, leprosos son limpiados, sordos oyen, muertos son despertados pobres son evangelizados,

    23. y bienaventurado el que no fuere escandalizado en mí.

    24. Partidos los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a decir de Juan a las gentes: ¿Qué habéis salido al desierto a contemplar? Una caña meneada del viento.

    25. Mas ¿qué habéis salido a ver? ¿Un hombre cubierto con ropas finas? He aquí los que están en ropaje ostentoso y en delicias, en los palacios de reyes están.

    26. Mas ¿qué habéis salido a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y mucho más que un profeta.

    27. Este es de quien está escrito: He aquí envío a mi mensajero ante tu faz, el cual aparejará tu camino delante de ti.

    28. Porque os digo que entre los nacidos de mujeres mayor profeta que Juan el bautista ninguno hay, pero el más pequeño en el reino de Dios mayor es que él.

    29. Y todo el pueblo, que oyó, y los publicanos justificaron a Dios, habiendo sido bautizados con el bautismo de Juan,

    30. mas los fariseos y los legistas invalidaron para sí mismos el consejo de Dios, al no ser bautizados por él.

    31. ¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación? y ¿a quién son semejantes?

    32. Semejantes son a muchachos sentados en una plaza y que dan voces unos a otros, diciendo: Os tocamos flauta y no bailasteis. Os cantamos endechas y no llorasteis.

    33. Porque ha venido Juan, el bautista, que ni comía pan ni bebía vino; y decís: Demonio tiene.

    34. Ha venido el Hijo del hombre, comiendo y bebiendo, y decís: He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores,

    35. y fué justificada la sabiduría de parte de todos sus hijos.

    Jesús en el hogar de Simón el fariseo

    36. Y le invita uno de los fariseos a comer con él. Y entrando en la casa del fariseo se puso a la mesa.

    37. Y he aquí una mujer de la ciudad, la cual era pecadora, habiendo sabido que estaba a la mesa, en la casa del fariseo, trayendo un vaso de alabastro lleno de perfume,

    38. y puesta detrás a los pies de él, llorando comenzó a regar con sus lágrimas los pies de él, y con los cabellos de su cabeza los enjugaba, y besaba los pies de él y los ungía con el perfume.

    39. Viendo esto, el fariseo que le había convidado, dijo en sí mismo: Este, si fuera profeta, conocería quién y cuál es la mujer que le toca, que es pecadora.

    40. Respondiendo Jesús, díjole: Simón, tengo algo de decirte. El le dijo: Maestro, dilo.

    41. Un acreedor tenía dos deudores, el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta.

    42. Y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. ¿Cuál de ellos, pues, dime, le amará más.

    43. Respondió Simón: Supongo que es aquel a quien perdonólo más. Le dijo: Rectamente juzgaste.

    44. Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón: Ves a esta mujer. Entré en tu casa; no diste agua para mis pies, mas ella con las lágrimas regó mis pies; con sus cabellos los enjugó.

    45. No me diste beso, mas ella desde que entré, no cesó de besarme los pies.

    46. No ungiste con aceite mi cabeza, mas ella con perfume me ungió los pies.

    47. Por tanto te digo: Son perdonados sus pecados que son muchos, puesto que amó mucho. Mas él a quien poco se le perdona poco ama.

    48. A ella le dijo: Perdonados son tus pecados.

    49. Y comenzaron los comensales a decir entre sí: ¿Quién es éste que también perdona pecados?

    50. Y dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado; vete en paz.