Job 6 - Reina Valera 2000Job reprocha la actitud de sus amigos1. Y respondió Job y dijo: 2. ¡Oh, si pesasen al justo mi queja y mi tormento, y se alzasen igualmente en balanza! 3. Porque [mi tormento] pesaría más que la arena del mar; y por tanto mis palabras son cortadas. 4. Porque las saetas del Todopoderoso [están] en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten. 5. ¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba? ¿Muge el buey junto a su pasto? 6. ¿Por ventura se comerá lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en la clara del huevo? 7. Las cosas que mi alma no quería tocar [antes], [ahora] por los dolores [son] mi comida. 8. ¡Quién me diese que viniese mi petición, y que Dios me diese lo que espero; 9. y que quisiera Dios quebrantarme; y que soltase su mano, y me despedazase! 10. Y [en esto] crecería aún consolación, si me asase con dolor sin haber misericordia; no que haya contradicho las palabras santas. 11. ¿Cuál [es] mi fortaleza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para dilatar mi vida? 12. ¿Es mi fortaleza la de las piedras? O mi carne, ¿es de acero? 13. ¿No me ayudo cuanto puedo, y [con todo eso] el poder me falta del todo? 14. El atribulado es consolado de su compañero; pero se ha abandonado el temor del Omnipotente. 15. Mis hermanos [me] han mentido como arroyo; se pasaron como las riberas impetuosas, 16. que están escondidas por la helada, y encubiertas con nieve. 17. Que al tiempo del calor son deshechas, y en calentándose, desaparecen de su lugar; 18. apártanse de las sendas de su camino, suben en vano y se pierden. 19. [Las] miraron los caminantes de Temán, los caminantes de Saba esperaron en ellas; 20. [pero] fueron avergonzados por su esperanza; porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos. 21. Ahora ciertamente vosotros sois [como] ellas; que habéis visto el tormento, y teméis. 22. ¿Os he dicho [yo]: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda; 23. y libradme de la mano del angustiador, y redimidme del poder de los violentos? 24. Enseñadme, y yo callaré; y hacedme entender en qué he errado. 25. ¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Mas ¿qué reprende el argumento de vosotros? 26. ¿No estáis pensando las palabras para reprender, y [echáis] al viento palabras perdidas? 27. También [os] arrojáis sobre el huérfano, y hacéis hoyo delante de vuestro amigo. 28. Ahora pues, si queréis, mirad en mí, y [ved] si mentiré delante de vosotros. 29. Tornad ahora, y no haya iniquidad; volved aún [a mirar] por mi justicia en esto. 30. Si hay iniquidad en mi lengua; o si mi paladar no discierne los tormentos. |