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    Hechos 10 - Nueva Biblia Española (1975)

    Pedro y Cornelio

    1. Vivía en Cesárea un cierto Cornelio, capitán de la compañía itálica.

    2. Era devoto y adepto a la religión judía, como toda su familia; daba muchas limosnas al pueblo y oraba regularmente.

    3. A eso de la media tarde tuvo una visión: vio claramente al ángel de Dios que entraba en su cuarto y lo llamaba: ¡Cornelio!

    4. EL se quedó mirándolo y le preguntó asustado: ¿Qué quieres, Señor? Le contestó el ángel: Tus oraciones y tus limosnas han llegado hasta Dios y las tiene presentes.

    5. Ahora manda a alguien a Jafa en busca de un tal Simón Pedro;

    6. para en casa de cierto Simón, curtidor, que vive junto al mar.

    7. Cuando se marchó el ángel llamó Cornelio a dos sirvientes y a un soldado devoto, asistente suyo;

    8. Les refirió todo y los mandó a Jafa.

    9. Al día siguiente, hacia el mediodía, mientras ellos iban de camino, cerca ya de la ciudad, subió Pedro a la azotea a orar,

    10. pero sintió hambre y quiso tomar algo. Mientras se lo preparaban, le vino un éxtasis,

    11. vio el cielo abierto y una cosa que bajaba, una especie de lona enorme que por los cuatro picos llegó a alcanzar el suelo.

    12. Había dentro todo género de cuadrúpedos, reptiles y pájaros.

    13. Una voz le habló: Anda, Pedro; mata y come.

    14. Replicó Pedro: Ni pensarlo, Señor; nunca he comido nada profano o impuro.

    15. Por segunda vez le habló una voz: Lo que Dios ha declarado puro, no lo llames tú profano.

    16. Esto se repitió tres veces, y en seguida se llevaron la cosa al cielo.

    17. Pedro no acertaba a explicarse el sentido de aquella visión. Mientras tanto los enviados de Cornelio, que habían andado buscando la casa de Simón, se presentaron en el portal

    18. y, dando una voz, preguntaron si paraba allí el Simón que llamaban Pedro.

    19. Pedro seguía dándole vueltas a la visión, cuando el Espíritu le dijo: Hay unos hombres que te buscan.

    20. Date prisa, baja y vete con ellos sin reparos, que los he enviado yo.

    21. Pedro bajó a abrirles y les dijo: Aquí estoy, yo soy el que buscan. ¿Qué los trae por aquí?

    22. Contestaron ellos: Cornelio, el capitán, hombre recto y adepto al judaísmo, recomendado por toda la población judía, ha recibido aviso de un ángel encargándole que te mande llamar para que vayas a su casa y escuchar lo que le digas.

    23. Pedro los invitó a entrar y les dio alojamiento. Al día siguiente se puso en camino con ellos, acompañado de algunos hermanos de Jafa,

    24. y al otro día llegaron a Cesárea. Cornelio los estaba aguardando, y había reunido a sus parientes y amigos íntimos.

    25. Cuando iba a entrar Pedro salió Cornelio a su encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje,

    26. pero Pedro lo alzó diciendo: Levántate, que también yo soy un simple hombre.

    27. Entró en la casa conversando con él, encontró a muchas personas reunidas

    28. y les dijo: Saben ustedes que a un judío le está prohibido tener trato con extranjeros o entrar en su casa; pero a mí me ha enseñado Dios a no llamar profano o impuro a ningún hombre.

    29. Por eso, cuando me han mandado llamar, no he tenido inconveniente en venir. Ahora quisiera saber el motivo de la llamada.

    30. Contestó Cornelio: Hace cuatro días estaba yo rezando en mi casa a esta misma hora, a media tarde, cuando se me presentó un hombre vestido espléndidamente,

    31. que me dijo: "Cornelio, Dios ha escuchado tu oración y tiene presentes tus limosnas.

    32. Manda alguien a Jafa e invita a venir a Simón Pedro, que para en casa de Simón el curtidor, junto al mar".

    33. Te mandé recado en seguida y tú has tenido la amabilidad de presentarte aquí. Ahora aquí nos tienes a todos delante de Dios, para escuchar lo que el Señor te haya encargado decirnos.

    34. Pedro tomó la palabra: Realmente voy comprendiendo que Dios no hace distinciones,

    35. sino que acepta al que le es fiel y obra rectamente, sea de la nación que sea.

    36. EL envió su mensaje a los israelitas anunciando la paz que traería Jesús el Mesías, que es Señor de todos.

    37. Ustedes saben muy bien el acontecimiento que ocupó a todo el país de los judíos, empezando por Galilea, después que Juan predicó el bautismo.

    38. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

    39. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero,

    40. pero, Dios lo resucitó al tercer día e hizo que se dejara ver,

    41. no de todo el pueblo, sino de los testigos que él había designado, de nosotros, que hemos comido y bebido con él después que resucitó de la muerte.

    42. El nos mandó predicar al pueblo dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado a él juez de vivos y muertos.

    43. EL testimonio de los Profetas es unánime: que todo el que cree en él recibe por su medio el perdón de los pecados.

    44. Aún estaba hablando Pedro, cuando cayó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban el mensaje.

    45. AL oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios,

    46. los creyentes circuncisos que habían venido con Pedro se quedaron desconcertados de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los no judíos. Entonces intervino Pedro:

    47. ¿Se puede negar el agua del bautismo a éstos, que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?

    48. Y dispuso que recibieran el bautismo de Jesús el Mesías. Entonces le rogaron que se quedara allí unos días.