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sábado, agosto 17, 2024
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    Mateo 12 - Nueva Biblia Española (1975)

    Los discípulos recogen espigas en el día de reposo

    1. Por aquel entonces, un sábado, echó Jesús a andar por los sembrados; los discípulos sintieron hambre y empezaron a arrancar espigas y a comer.

    2. Los fariseos, al verlo, le dijeron: Mira, tus discípulos están haciendo lo que no está permitido en sábado.

    3. El les replicó: ¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus hombres sintieron hambre?

    4. Entró en la casa de Dios y comieron de los panes dedicados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus hombres, sino sólo a los sacerdotes.

    5. Y ¿no han leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?

    6. Pues les digo que hay algo más que el templo aquí.

    7. Si comprendieran lo que significa "corazón quiero y no sacrificios"', no condenarían a los que no tienen culpa.

    8. Porque es dueño del sábado el hombre.

    El hombre de la mano seca

    9. Se marchó de allí y fue a la sinagoga de ellos.

    10. Había allí un hombre con un brazo paralizado; para poder acusar a Jesús, le preguntaron: ¿Está permitido curar en sábado?

    11. El les respondió: Supongamos que uno de ustedes tiene una oveja, y que un sábado se le cae en una zanja, ¿la agarra y la saca o no?

    12. Pues ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto está permitido hacer bien en sábado.

    13. Entonces le dijo al hombre: Extiende el brazo. Lo extendió y quedó sano y normal como el otro.

    14. Al salir de la sinagoga, los fariseos planearon el modo de acabar con El.

    El siervo escogido

    15. Jesús se enteró y se marchó de allí. Lo siguieron muchos y él los curó a todos,

    16. mandándoles que no lo descubrieran.

    17. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías:

    18. Miren a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él pondré mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones.

    19. No peleará, no gritará, no dará voces por las calles.

    20. La caña rajada no la quebrará, la mecha humeante no la apagará hasta que haga triunfar el derecho.

    21. El será la esperanza de las naciones. (Is 42,l-4)

    La blasfemia contra el Espíritu Santo

    22. Le acercaron entonces un endemoniado ciego y mudo; él lo curó y el mudo hablaba y veía.

    23. Toda la multitud decía asombrada: ¿No será éste el Hijo de David?

    24. Pero los fariseos, al oír esto, dijeron: Si éste echa los demonios no es más que con poder de Belcebú, el jefe de los demonios.

    25. Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: Todo reino dividido queda asolado, y ninguna ciudad o familia dividida podrá mantenerse en pie.

    26. Pues si Satanás echa a Satanás, es que se ha enfrentado consigo mismo; y entonces, ¿cómo podrá mantenerse en pie su reinado?

    27. Además, si yo echo los demonios con poder de Belcebú, los discípulos de ustedes, ¿con poder de quién los echan? Por eso, ellos mismos los juzgarán a ustedes.

    28. En cambio, si yo echo los demonios con el Espíritu de Dios, señal que el reinado de Dios les ha llegado a ustedes.

    29. ¿Cómo podrá uno meterse en casa de un hombre fuerte y llevarse sus bienes, si primero no lo ata? Entonces sí podrá llevarse todo lo de la casa.

    30. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.

    31. Por eso les digo: A los hombres se les podrá perdonar cualquier pecado o injuria, pero la injuria contra el Espíritu no tendrá perdón.

    32. Es decir, al que hable en contra del hombre, se le podrá perdonar; pero el que hable en contra del Espíritu Santo no tendrá perdón ni en esta edad ni en la futura.

    33. O declaran sano el árbol y sano el fruto, o declaran malo el árbol y malo el fruto; porque el árbol se conoce por el fruto.

    34. ¡Raza de víboras! ¿Cómo pueden ser buenas sus palabras siendo ustedes malvados? Porque lo que rebosa del corazón lo habla la boca:

    35. el hombre bueno saca cosas buenas de su almacén de bondad; el hombre malvado saca cosas malas de su almacén de maldad.

    36. Y les digo que el día del juicio los hombres darán cuenta de toda calumnia que hayan dicho,

    37. pues por tus palabras te absolverán y por tus palabras te condenarán.

    La generación perversa demanda señal

    38. Entonces, en respuesta, algunos de los letrados y fariseos le dijeron: Maestro, queremos ver una señal tuya personal.

    39. El les contestó: ¡Una gente perversa e idólatra, y exigiendo señales! Pues señal no se le dará excepto la señal de Jonás profeta.

    40. Porque si tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del monstruo", también tres días y tres noches estará este Hombre en el seno de la tierra.

    41. Los habitantes de Nínive se alzarán a confrontarse con esta clase de gente y la condenarán, pues ellos se enmendaron con la predicación de Jonás, y ay más que Jonás aquí.

    42. La reina el Sur se pondrá en pie para confrontarse con esta clase de gente y la condenará, pues ella vino desde los confines de la tierra para escuchar el saber de Salomón, y hay más que Salomón aquí.

    El espíritu inmundo que vuelve

    43. Cuando al espíritu impuro lo echan de un hombre, va travesando lugares resecos buscando alojamiento, pero no lo encuentra.

    44. Entonces dice: Me vuelvo a mi casa, de donde me echaron. Al llegar, se la encuentra desocupada, barrida y arreglada.

    45. Entones va a buscarse otros siete espíritus peores que él y se meten a vivir allí, y el final de aquel hombre resulta peor que el principio. Eso mismo le va a suceder a esta gente perversa.

    La madre y los hermanos de Jesús

    46. Todavía estaba Jesús hablando la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.

    47. Uno lo avisó: Oye, tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren hablar contigo.

    48. Pero él contestó al que le avisaba: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?

    49. Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: Aquí están mi madre y mis hermanos.

    50. Porque cualquiera que pone por obra el designio de mi Padre del cielo, ése es hermano mío y hermana y madre.