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    2 Crónicas 31 - Serafín de Ausejo 1975

    1. Cuando todo esto hubo terminado, todos los israelitas que allí se encontraban salieron por las ciudades de Judá y rompieron las estelas, derribaron las aserás y demolieron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjamín, y también por Efraín y Manasés, hasta acabar con ellos. Después, todos los israelitas regresaron, cada uno a su propiedad, a sus ciudades.

    Ezequías reorganiza el servicio de los sacerdotes y levitas

    2. Ezequías restableció los grupos de los sacerdotes y de los levitas según sus clases, cada cual según sus funciones, tanto en el caso de los sacerdotes como en el de los levitas, según que se tratara de los holocaustos, de los sacrificios de comunión, del servicio del culto, de los cánticos de acción de gracias y de los himnos de alabanza en las puertas del campamento de Yahveh.

    3. El rey destinó la parte correspondiente de su hacienda para los holocaustos: los de la mañana y los de la tarde, los de los sábados, los de los novilunios y los de las solemnidades, según está escrito en la ley de Yahveh.

    4. Y mandó a la gente que residía en Jerusalén que entregara la parte correspondiente a los sacerdotes y levitas, para que éstos se mostraran más perseverantes en la ley de Yahveh.

    5. Cuando esta disposición se hizo pública, los israelitas entregaron en abundancia las primicias del trigo, del mosto, del aceite, de la miel y de todos los productos del campo; entregaron en abundancia el diezmo de todo.

    6. También los hijos de Israel y de Judá que residían en las ciudades de Judá entregaron el diezmo del ganado mayor y menor y el de las cosas consagradas a Yahveh, su Dios, y las dispusieron en montones.

    7. En el tercer mes comenzaron a formar los montones, y acabaron en el séptimo mes.

    8. Cuando Ezequías y los jefes vinieron y vieron tantos montones bendijeron a Yahveh y a su pueblo Israel.

    9. Ezequías preguntó a los sacerdotes y a los levitas acerca de aquellos montones

    10. y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le respondió así: "Desde que han comenzado a llegar las ofrendas al templo de Yahveh, hemos comido hasta saciarnos y aún queda mucho, pues Yahveh ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad es lo que sobra".

    11. Entonces mandó Ezequías que prepararan cámaras en el templo de Dios. Las prepararon

    12. y con toda honradez metieron en ellas las ofrendas, los diezmos y las cosas consagradas. Al cargo de ellas estaba, como intendente, el levita Quenanías y, como lugarteniente suyo, su hermano Semeí.

    13. Yejiel, Azazías, Nájat, Asael, Yerimot, Jozabad, Eliel, Yismaquías, Májat y Benaías eran los empleados, bajo las órdenes de Quenanías y de su hermano Semeí, por encargo del rey Ezequías y de Azarías, intendente del templo de Dios.

    14. El levita Coré, hijo de Yimná, portero de la puerta oriental, estaba encargado de las ofrendas voluntarias hechas a Dios y de distribuir las ofrendas reservadas a Yahveh y las cosas sacratísimas.

    15. A sus órdenes estaban Eden, Minyamín, Yesúa, Semaías, Amarías y Sekanías, que residían permanentemente en las ciudades sacerdotales, para hacer las distribuciones a sus hermanos, según sus clases, así a los grandes como a los pequeños,

    16. con la sola condición de que estuvieran inscritos en el registro de los varones desde los tres años por lo menos, y a todos los que venían al templo de Yahveh para prestar su servicio, según la tarea de cada día, conforme a sus funciones y sus clases.

    17. Este empadronamiento de los sacerdotes estaba hecho según sus casas paternas, igual que el de los levitas, desde los veinte años para arriba, según sus funciones y sus clases.

    18. Se registraron también todos sus niños y mujeres, sus hijos e hijas, con toda la asamblea, porque con fidelidad se consagraban a las cosas santas.

    19. En cuanto a los hijos de Aarón, los sacerdotes que vivían en los campos, en los ejidos de sus ciudades, había en cada ciudad hombres nominalmente designados para distribuir las porciones a todos los varones de la clase sacerdotal, y a todos los que habían sido inscritos entre los levitas.

    20. Así hizo Ezequías en todo Judá: hizo lo que es bueno, recto y justo ante Yahveh, su Dios.

    21. Y todo cuanto emprendió en servicio del templo de Dios, de la ley y de los mandamientos, lo hizo buscando a su Dios de todo corazón. Por eso tuvo éxito.