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jueves, julio 18, 2024
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    Hechos 15 - Serafín de Ausejo 1975

    El concilio en Jerusalén

    1. Algunos que habían bajado de Judea enseñaban a los hermanos: "Si no os circuncidáis según la costumbre de Moisés, no podréis salvaros".

    2. Y tras un enfrentamiento y un altercado no pequeño por parte de Pablo y de Bernabé contra ellos, decidieron que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén, para consultar con los apóstoles y los ancianos esta cuestión.

    3. Ellos, pues, provistos por la iglesia de lo necesario para el viaje, atravesaron Fenicia y Samaría, refiriendo la conversión de los gentiles y proporcionando una gran alegría a todos los hermanos.

    4. Llegados a Jerusalén, fueron bien recibidos por la iglesia y por los apóstoles y los ancianos, a los cuales informaron de todo cuanto Dios había hecho con ellos.

    5. Pero surgieron algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, los cuales decían que era necesario circuncidarlos y mandarles guardar la ley de Moisés.

    6. Reuniéronse, pues, los apóstoles y los ancianos para examinar este asunto.

    7. Tras largas discusiones, se levantó Pedro y les dijo: "Hermanos, vosotros sabéis cómo desde los primeros días aquí entre vosotros quiso Dios que los gentiles oyeran de mi boca la palabra del evangelio y abrazaran la fe.

    8. Y Dios, que conoce los corazones, lo ratificó, dándoles el Espíritu Santo como a nosotros,

    9. y no hizo diferencia alguna entre nosotros y ellos a la hora de purificar sus corazones por la fe.

    10. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, pretendiendo imponer sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos sido capaces de soportar?

    11. Nosotros creemos, lo mismo que ellos, que es la gracia del Señor Jesús la que nos salva".

    12. Calló toda la asamblea, mientras escuchaban a Bernabé y a Pablo, que referían todas las señales y prodigios que Dios había obrado entre los gentiles por su medio.

    13. Cuando acabaron su informe, tomó la palabra Santiago y dijo: "Oídme, hermanos.

    14. Simón acaba de referir cómo Dios, desde el principio, tuvo a bien procurarse de entre los gentiles un pueblo para su nombre.

    15. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, según está escrito:

    16. De nuevo, después de esto, reedificaré la cabaña caída de David, reedificaré sus ruinas y la levantaré;

    17. para que el resto de los hombres busque al Señor: todos los gentiles sobre los cuales se ha invocado mi nombre. Así dice el Señor, el que hace estas cosas,

    18. conocidas desde antiguo.

    19. Pienso, por tanto, que no se debe seguir molestando a los gentiles que se conviertan a Dios,

    20. sino escribirles que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de lo estrangulado y de la sangre.

    21. Porque desde hace muchas generaciones Moisés tiene en cada ciudad sus predicadores que lo leen en las sinagogas todos los sábados".

    22. Les pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir entre ellos, para enviar a Antioquía con Pablo y Bernabé, a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, hombres principales entre los hermanos,

    23. que llevarían en mano el siguiente escrito: "Los apóstoles y los hermanos ancianos, a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia, provenientes de la gentilidad: salud.

    24. Hemos oído que algunos de los nuestros, sin mandato nuestro, os han inquietado con sus palabras y han perturbado vuestro espíritu.

    25. Por ello, nos ha parecido bien elegir, de común acuerdo, algunos hombres y enviarlos a vosotros, juntamente con nuestros queridos Bernabé y Pablo,

    26. que han consagrado sus vidas al nombre de nuestro Señor Jesucristo.

    27. Os enviamos, pues, a Judas y a Silas, que os explicarán de viva voz lo siguiente:

    28. que el Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponeros otra carga, fuera de éstas que son indispensables:

    29. que os abstengáis de las carnes consagradas a los ídolos, de la sangre, de lo estrangulado y de la fornicación. Guardándoos de estas cosas, obraréis rectamente. Conservaos bien".

    30. Tras la despedida, llegaron a Antioquía y, reunida la comunidad, les entregaron la carta.

    31. Al leerla, se alegraron por el aliento que les aportaba.

    32. Por su parte, Judas y Silas, que también eran profetas, exhortaron y confirmaron a los hermanos con un largo discurso.

    33. Pasado algún tiempo, los hermanos los devolvieron en paz a los que los habían enviado.

    34.

    35. Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía, enseñando y evangelizando con otros muchos la palabra del Señor.

    Pablo se separa de Bernabé, y comienza su segundo viaje

    36. Algunos días más tarde, dijo Pablo a Bernabé: "Vamos a visitar de nuevo a los hermanos por todas las ciudades en las que anunciamos la palabra del Señor, para ver cómo están".

    37. Bernabé quería que les acompañara Juan, llamado Marcos;

    38. pero Pablo opinaba que no lo debían llevar, porque los había abandonado en Panfilia y no había ido con ellos a la obra.

    39. El desacuerdo llegó a tal extremo que se separaron. Bernabé se embarcó, con Marcos, en dirección a Chipre.

    40. Pablo, por su parte, eligió por compañero a Silas, partió, encomendado por los hermanos a la gracia de Dios,

    41. y atravesó Siria y Cilicia confirmando las iglesias.