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    Jeremías 25 - Serafín de Ausejo 1975

    Setenta años de desolación

    1. Palabra que le fue dirigida a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá, el año cuarto de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá -es el año primero de Nabucodonosor, rey de Babilonia-,

    2. y que el profeta Jeremías dirigió a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén.

    3. Desde el año trece de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta hoy, son veintitrés años que se me viene dirigiendo la palabra de Yahveh, y yo os he hablado a su tiempo y sin cesar, pero no habéis escuchado.

    4. También os ha enviado Yahveh a todos sus siervos, los profetas, a su tiempo y sin cesar, pero no habéis escuchado ni aplicado vuestro oído para oír.

    5. Os decía: arrepentíos cada uno de vuestra mala conducta y de la maldad de vuestras obras, y así podréis habitar en el país que Yahveh os dio a vosotros y a vuestros padres desde siempre y para siempre.

    6. Y no vayáis tras otros dioses para servirlos y adorarlos, ni me ofendáis con las obras de vuestras manos, para que no os haga mal.

    7. Pero no me habéis escuchado -oráculo de Yahveh-, de modo que me habéis ofendido con las obras de vuestras manos para desgracia vuestra.

    8. Por eso, así dice Yahveh Sebaot: "Puesto que no habéis escuchado mis palabras,

    9. mirad que yo mando a buscar a todas las tribus del norte -oráculo de Yahveh- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y las traeré contra este país y sus habitantes y contra todas estas naciones de su entorno, los entregaré al exterminio y haré de ellos horror, rechifla y ruinas perpetuas.

    10. Y haré desaparecer de entre ellos el grito de gozo y el grito de alegría, el canto del esposo y el canto de la esposa, el ruido de la muela y la luz de la lámpara.

    11. Todo este país será una ruina, una desolación, y servirán al rey de Babilonia setenta años.

    12. Pero, cuando se hayan cumplido los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a esta nación -oráculo de Yahveh- por su iniquidad, lo mismo que al país de los caldeos, y lo convertiré en desolación perpetua.

    13. Cumpliré, pues, contra este país todas las palabras que he dicho contra él, todo lo que está escrito en este libro". Lo que profetizó Jeremías contra todas las naciones:

    14. pues también ellas serán esclavizadas por naciones poderosas y grandes reyes, y así les pagaré, de acuerdo con sus acciones y según las obras de sus manos.

    La copa de ira para las naciones

    15. Yahveh, Dios de Israel, me habló así: toma en tu mano esta copa del vino de la ira, y dásela a beber a todas las naciones a las que te envío,

    16. para que beban, se tambaleen y deliren ante la espada que voy a enviar contra ellas.

    17. Tomé, pues, la copa de la mano de Yahveh y se la di a beber a todas las naciones a las que me había enviado Yahveh:

    18. a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus príncipes, para hacer de ellos una ruina, una desolación, una rechifla y una maldición, como sucede hoy;

    19. al Faraón, rey de Egipto, a sus servidores, a sus príncipes y a todo su pueblo;

    20. a todos los mestizos, a todos los reyes del país de Us y a todos los reyes del país de los filisteos: Ascalón, Gaza, Ecrón y lo que queda de Asdod;

    21. a Edom, a Moab y a los hijos de Amón;

    22. a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de la costa que está al otro lado del mar;

    23. a Dedán, a Temá, a Buz y a todos los que se rapan las sienes;

    24. a todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de los mestizos que habitan en el desierto;

    25. a todos los reyes de Zimrí, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media;

    26. a todos los reinos del norte, cercanos y lejanos, uno tras otro, y a todos los reyes del mundo que están sobre la superficie de la tierra. Pero el rey de Sesac beberá después de ellos.

    27. Les dirás: así dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: bebed, emborrachaos, vomitad, caed y no os levantéis ante la espada que voy a enviar contra vosotros.

    28. Si rehúsan tomar de tu mano la copa para beber, les dirás: así dice Yahveh Sebaot: "Tendréis que beber.

    29. Porque mirad: comienzo a causar estragos por la ciudad sobre la cual se invoca mi nombre, y vosotros, ¿vais a quedar impunes? No quedaréis impunes, pues llamo a la espada contra todos los habitantes de la tierra" -oráculo de Yahveh Sebaot-.

    30. Profetízales, pues, todas estas cosas y diles: "Ruge Yahveh desde lo alto, da voces desde su santa morada; ruge fuerte sobre su pradera, responde con gritos como los pisadores de uva. A todos los habitantes de la tierra

    31. llega el estruendo, hasta el fin del mundo. Pues Yahveh entabla un proceso con las naciones, va a juzgar a todos los mortales: a los malvados los entrega a la espada" -oráculo de Yahveh-.

    32. Así dice Yahveh Sebaot: "Mirad que una catástrofe se propaga de nación en nación, y un gran huracán se levanta desde los confines de la tierra".

    33. Habrá víctimas de Yahveh en aquel día de un extremo a otro de la tierra; no serán llorados ni recogidos ni enterrados; servirán de estiércol sobre la superficie de la tierra.

    34. Ululad, pastores, y gritad; revolcaos, mayorales del rebaño, porque han llegado los días de vuestro degüello y de vuestra dispersión: caeréis como objeto precioso.

    35. Se acabó la huida de los pastores, la fuga de los mayorales del rebaño.

    36. ¡Escuchad! Clamor de los pastores, griterío de los mayorales del rebaño, porque Yahveh devasta su pastizal

    37. y enmudecen las tranquilas praderas ante la ira furibunda de Yahveh.

    38. Como un león, abandonó él su guarida; su país se ha trocado en desierto ante la espada destructora, ante su ira furibunda.