31.4 C
Miami
lunes, agosto 26, 2024
Más


    Salmos 39 - Torres Amat

    El carácter transitorio de la vida Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.

    1. Dije yo en mi corazón: Velaré mi conducta para no pecar con mi lengua. Ponía un candado en mi boca, cuando el pecador se presentaba contra mí.

    2. Enmudecí y me humillé, y me abstuve de responder aun cosas buenas; con lo cual se aumentó mi dolor.

    3. Sentí que se inflamaba mi corazón; y en mi meditación se encendían llamas de fuego.

    4. Solté mi lengua, diciendo: ¡Ah Señor!, hazme conocer mi fin, y cuál es el número de mis días, para que yo sepa lo que me resta de vida.

    5. Cierto que has señalado a mis días término corto; y que toda mi subsistencia es como nada ante tus ojos. Verdaderamente que es la suma vanidad todo hombre viviente.

    6. En verdad que como una sombra pasa el hombre; y por eso se afana y agita en vano. Atesora, y no sabe para quién allega todo aquello.

    7. Ahora bien, ¿cuál es mi esperanza? ¿Por ventura no eres tú, oh Señor, en quien está todo mi bien?

    8. Líbrame de todas las iniquidades; tú me hiciste objeto de los ultrajes del insensato.

    9. Enmudecí, y no abrí mi boca, porque todo lo hacías tú.

    10. Señor, levanta de mí tu azote.

    11. A los recios golpes de tu mano, yo desfallecí cuando me corregías; por el pecado castigaste tú al hombre; e hiciste que su vida se consumiese como araña. Ciertamente que en vano se conturba y agita el hombre.

    12. Oye, Señor, mi oración, y mi súplica; atiende a mis lágrimas; no guardes silencio; puesto que yo soy delante de ti un advenedizo y peregrino como todos mis padres.

    13. Afloja un poco conmigo, y déjame respirar, antes que yo parta y deje de existir.