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    Jueces 5 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Cántico de Débora y de Barac

    1. En aquel día Devorah y Baraq hijo de Abinóam cantaron:

    2. Cuando hay cabellos sin recortar en Yisrael, cuando el pueblo se dedica –¡bendigan a Yahweh!

    3. ¡Oigan, reyes! ¡Presten oídos, potentados! Yo cantaré, cantaré a Yahweh, entonaré alabanzas a Yahweh, el Elohim de Yisrael.

    4. Oh Yahweh, cuando saliste de Seír cuando avanzaste desde el país de Edom, la tierra tembló; el cielo goteó, sí, las nubes gotearon agua,

    5. las montañas se estremecieron –delante de Yahweh, el mismo del Sinay, delante de Yahweh, el Elohim de Yisrael.

    6. En los días de Shamgar hijo de Anat, en los días de Yael, cesaron las caravanas, y los viajeros pasaban por veredas torcidas.

    7. La liberación cesó, cesó en Yisrael, hasta que te levantaste tú, oh Devorah, te levantaste, oh madre, en Yisrael.

    8. Cuando escogían nuevas deidades, ¿había entonces un combatiente en las puertas? ¡Ningún escudo ni lanza se veía entre cuarenta mil en Yisrael!

    9. Mi corazón está con los caudillos de Yisrael, con los dedicados del pueblo –¡Bendigan a Yahweh!

    10. Ustedes que cabalgan en asnas blancas, que se sientan en mullidas alfombras, y ustedes caminantes, ¡declárenlo!

    11. Mas fuerte que el ruido de los arqueros, allá entre las fuentes de aguas, que canten los actos generosos de Yahweh, su generosa liberación de Yisrael. Entonces el pueblo de Yahweh marchó hacia las puertas.

    12. ¡Despierta, despierta. Devorah! ¡Despierta, despierta, entona el cántico! ¡Levántate, Baraq; toma tus cautivos, hijo de Abinóam!

    13. Entonces el remanente se hizo victorioso contra los potentados, el pueblo de Yahweh ganó mi victoria contra los guerreros.

    14. De Efráyim vinieron los que tienen sus raíces en Amaleq; tras de ti, tu pariente Binyamín; de Makhir bajaron caudillos, de Zebulún los que tienen vara de alguaciles.

    15. Y los caudillos de Yissakhar estaban con Devorah; como Baraq, así estaba Yissakhar - apresurándose tras él al valle. Entre los clanes de Reubén hubo grandes decisiones de corazón.

    16. ¿Por qué entonces te quedaste entre los corrales para escuchar cómo llamaban los rebaños? ¡Entre los clanes de Reubén hubo grandes decisiones de corazón!

    17. Guilad permanecía al otro lado del Yardén; y Dan, ¿por qué se demoraba entre los barcos? Asher se quedaba en la costa, y se dilataba en sus puertos.

    18. Zebulún es un pueblo que se burlaba de la muerte, y Naftalí –en las alturas del campo.

    19. Entonces vinieron los reyes, pelearon, pelearon los reyes de Kenaan en Tanakh, junto a las aguas de Meguidó –no obtuvieron despojos de plata.

    20. Las estrellas pelearon desde el cielo, desde sus órbitas pelearon contra Siserá.

    21. El torrente Kishón se los llevó, ese fuerte torrente, el torrente Kishón. ¡Marcha adelante, vida mía, con valor!

    22. Entonces golpeteaban las pezuñas de los caballos, al galope impetuoso de los corceles

    23. “¡Maldigan a Meroz!” decía el mensajero de Yahweh. ¡Maldigan amargamente a sus habitantes, porque no vinieron en ayuda de Yahweh, en ayuda de Yahweh entre los guerreros”.

    24. La más bendita de las mujeres sea Yael, esposa de Jéber el kenita, la más bendita de las mujeres en las carpas.

    25. Él le pidió agua, leche le dio ella; en un plato regio le trajo requesones.

    26. Con su mano [izquierda] cogió el clavo de carpa, con su derecha el martillo de obreros. Golpeó a Siserá, le aplastó la cabeza, le majó y atravesó las sienes.

    27. A los pies de ella se encorvó, cayó tendido, a sus pies se encorvó, cayó inerme; donde se encorvó, allí se quedó –destruido.

    28. Por la ventana asechaba la madre de Siserá, tras las celosías sollozaba: “¿Por qué tarda tanto en venir su carro? ¿Por qué se dilata el ruido de sus ruedas?”

    29. Las más sabias de sus damas dan la respuesta; ella también se contesta:

    30. “Deben estar repartiéndose el despojo que hallaron: una moza o dos para cada hombre, despojos de telas teñidas para Siserá, despojos de ropas bordadas, un par de prendas bordadas en cada cuello como despojo”.

    31. ¡Así perezcan todos tu enemigos, oh Yahweh! Pero que sean sus amigos como el sol que sale esplendoroso. Y la tierra estuvo tranquila por cuarenta años.