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    Marcos 4 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Parábola del sembrador

    1. En otra ocasión se puso a enseñar a la orilla del mar, y se reunió ante él una multitud muy grande; de manera que él entró en una barca mar adentro y se sentó allí, y toda la multitud estaba en la playa, frente al mar.

    2. Les enseñaba sobre muchas cosas en parábolas; y les decía en su enseñanza:

    3. “¡Escuchen! Sucedió que un sembrador salió a sembrar.

    4. Y mientras sembraba, una parte [de la semilla] cayó junto al camino; y vinieron las aves y se la comieron.

    5. Otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y en seguida brotó; porque la tierra no era profunda.

    6. Pero cuando salió el sol se quemó, y como no tenía raíces se secó.

    7. Otra parte cayó entre los espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.

    8. Pero otras semillas cayeron en buena tierra y brotaron y crecieron y dieron fruto. Y produjeron fruto a treinta, sesenta y ciento por uno”.

    9. Y decía: “El que tiene oído para oír, oiga”.

    10. Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de él junto con los doce le preguntaron en cuanto a las parábolas.

    11. Y él les dijo: “A ustedes se les ha concedido el misterio del reino de Yahweh; pero para los que están fuera, todo se les trata en parábolas,

    12. para que viendo vean y no perciban, y oyendo oigan y no entiendan; de modo que no se conviertan y se les perdone”.

    13. Luego les dijo: “¿No comprenden esta parábola? ¿Cómo, entonces, van a entender todas las parábolas?

    14. El sembrador [es el que] siembra la palabra.

    15. Primero están los que caen junto al camino donde se siembra la palabra. Pero cuando la oyen, en seguida viene el Satán y quita la palabra que se había sembrado en ellos.

    16. También los que se siembran en pedregales son aquéllos que, cuando oyen la palabra, en seguida la reciben con gozo;

    17. pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración. Entonces, cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, en seguida tropiezan.

    18. Y los otros son los que se siembran entre espinos. Esos son los que oyen la palabra,

    19. pero las preocupaciones de este mundo, el engaño de las riquezas y la codicia de otras cosas se entrometen y ahogan la palabra, y queda sin fruto.

    20. Y aquéllos que se sembraron en buena tierra son los que oyen la palabra, la aceptan y producen fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno”.

    Nada oculto que no haya de ser manifestado

    21. También les dijo: “¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es para ponerla sobre el candelero?

    22. Porque no hay nada oculto que no se haya de manifestar; ni nada escondido que no se descubra.

    23. El que tenga oídos para oír, que oiga”.

    24. Les dijo también: “Consideren lo que oyen: Con la medida con que ustedes miden, se les medirá a ustedes y se les añadirá.

    25. Porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”.

    Parábola del crecimiento de la semilla

    26. También decía: “Así es el reino de Yahweh, como cuando un hombre echa semilla en la tierra.

    27. Él duerme de noche y se levanta de día, y la semilla germina y crece sin que él sepa cómo.

    28. Porque la tierra da fruto por sí misma: primero el tallito, luego la espiga, y después el grano lleno en la espiga.

    29. Y cuando el fruto está maduro, en seguida el hombre mete la hoz, porque ha llegado la cosecha”.

    Parábola de la semilla de mostaza

    30. También decía: “¿Con qué compararemos el reino de Yahweh? ¿Con qué parábola lo representaremos?

    31. Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en el suelo, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra.

    32. Pero después de sembrado, crece y se convierte en la más grande de todas las hortalizas, y echa ramas tan grandes que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra”.

    El uso que Jesús hace de las parábolas

    33. Y con muchas parábolas semejantes les exponía el mensaje, conforme a lo que podían entender.

    34. No les hablaba sin parábolas, pero en privado les explicaba todo a sus discípulos.

    Jesús calma la tempestad

    35. Aquel día, al caer la tarde, les dijo: “Pasemos al otro lado”.

    36. Y después de despedir a la multitud, lo llevaron en la misma barca en que estaba; y había otras barcas con él.

    37. Entonces se levantó una gran tempestad de viento y las olas arremetían contra la barca, de modo que la barca ya se estaba anegando.

    38. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cojín; pero lo despertaron y le dijeron: “¡Rabí! ¿No te importa que perezcamos?”

    39. Y después de despertarse, reprendió al viento y le dijo al mar: “¡Calla! ¡Sosiégate!” Entonces el viento se calmó y hubo una gran bonanza.

    40. Y a ellos les dijo: “¿Por qué se acobardan? ¿Todavía no tienen fe?”

    41. Ellos sintieron un gran temor y se decían unos a otros: “¿Quién será éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”