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jueves, julio 18, 2024
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    Job 32 - Biblia Septuaginta al Español

    Eliú justifica su derecho de contestar a Job

    1. Y cesó Job en sus palabras; y dejaron también sus tres amigos de contradecir a Job; que era Job justo ante ellos.

    2. Y airóse Eliú, el de Baraquiel, el buzita, de la parentela de Ram, la ausítida región; y airóse contra Job sobremanera, por esto: por haberse proclamado justo ante el Señor.

    3. Y también contra los tres amigos airóse sobremanera, por esto: porque no pudieron responder en contra de Job, y habían afirmado que él era un impío.

    4. Y Eliú había tardado en dar respuesta a Job, porque mayores que él eran en días.

    5. Y vio Eliú que no hay respuesta en boca de los tres varones, e inflamóse su ira.

    6. Y empezando Eliú el de Baraquiel, el buzita, dijo:(a)

    7. «Mas joven ciertamente soy en edad y vosotros sois más ancianos; por esto callé temiendo anunciaros mi entender.

    8. Y dije que el tiempo(b) es el que habla(c) ; pues en muchos años han conocido sabiduría.

    9. Empero espíritu hay en los mortales; y espiración del Omnipotente la que enseña.

    10. No los longevos son sabios; ni los ancianos saben juicio.

    11. Por esto dije: «Oídme y os anunciaré lo que sé; escuchad mis palabras; pues hablaré escuchando vosotros. He aquí he oído vuestras razones, escuchado hasta la comprensión de vosotros, mientras habéis examinado razones;

    12. y hasta vosotros llegaré a entender; y he aquí no había quien a Job arguyera, rebatiendo sus palabras, entre vosotros.

    13. Para que no digáis: «Hemos hablado sabiduría», al Señor atribuyéndola.

    14. Y a un hombre habéis permitido hablar semejantes palabras.

    15. ¡Se han aterrado; no han respondido ya; arrebatáronles las palabras!

    16. Esperé que no hablé; pues pararon, no respondieron;

    17. pues responderé yo también, de mi parte. Y, respondiendo Eliú dice:

    18. «De nuevo hablaré, que lleno estoy de palabras; pues me trae perdido el espíritu del vientre;

    19. y mi vientre, cual odre de mosto hirviente, atado, o cual fuelle de broncero reventado.

    20. Hablaré, para descansar, abriendo mis labios;

    21. pues a hombre no temeré, no; pero jamás ante mortal me amedrentaré, no,

    22. Que no sé maravillarme de rostros; y, de no, ¡también a mí la polilla ha de comer!