Hechos 22 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)1. VARONES hermanos, y padres, oíd la razon que ahora os doy. 2. (Y como oyeron que les hablaba en lengua Hebréa, le dieron mas silencio:) y dijo: 3. Yo de cierto soy Judío, nacido en Tarso de Cilicia, mas criado en esta ciudad á los piés de Gamaliél, enseñado conforme á la verdad de la ley de la patria, zeloso de la ley, como todos vosotros sois hoy. 4. Que he perseguido este camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles varones y mujeres, 5. como tambien el príncipe de los sacerdotes me es testigo, y todos los ancianos: de los cuales aun tomando cartas á los hermanos, iba á Damasco, para traer tambien presos á Jerusalem á los que estuviesen allí, para que fuesen punidos. Pablo relata su conversión6. Mas aconteció, que yendo yo, y llegando cerca de Damasco, como á mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo; 7. y caí en el suelo, y oí una voz que me decia: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 8. Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesus el Nazareno, á quien tú persigues. 9. Y los que estaban conmigo, vieron á la verdad la luz, y se espantaron: mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo. 10. Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y vé á Damasco, y allí te será dicho todo lo que te conviene hacer. 11. Y como yo no veia por causa de la claridad de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine á Damasco. 12. Entonces un Ananías, varon pio conforme á la ley, que tenia tal testimonio de todos los Judíos que allí moraban, 13. viniendo á mí, y presentándose, me dijo: Saulo hermano, recibe la vista. Y yo en aquella hora le miré. 14. Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha predestinado, para que conocieses su voluntad, y vieses á aquel Justo, y oyeses la voz de su boca: 15. porque has de ser testigo suyo á todos los hombres de lo que has visto y oido: 16. ahora pues, ¿por qué te detienes? levántate, y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre. Pablo es enviado a los gentiles17. Y me aconteció, vuelto á Jerusalem, que orando en el templo, fuí arrebatado fuera de mí, 18. y le ví que me decia: Dáte priesa, y sal prestamente fuera de Jerusalem: porque no recibirán tu testimonio de mí. 19. Y yo dije: Señor, ellos saben que yo encerraba en cárcel, y heria por las sinagogas á los que creian en tí: 20. y cuando se derramaba la sangre de Estévan tu testigo, yo tambien estaba presente, y consentia á su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. 21. Y me dijo: Vé, porque yo te tengo que enviar lejos á los Gentiles. Pablo en manos del tribuno22. Y le oyeron hasta esta palabra: entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra á un tal hombre: porque no conviene que viva. 23. Y dando ellos voces, y arrojando sus ropas, y echando polvo al aire, 24. mandó el tribuno que le llevasen al real: y mandó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él. 25. Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurion que estaba presente: ¿Os es lícito azotar á un hombre Romano, sin ser condenado? 26. Y como el centurion oyó esto, fué al tribuno, y le dió aviso, diciendo: ¿Qué has de hacer? porque este hombre es Romano. 27. Y viniendo el tribuno le dijo: Dime, ¿eres tú Romano? Y él dijo: Sí. 28. Y respondió el tribuno: Yo con mucha suma alcancé esta ciudad. Entonces Pablo dijo: Y yo aun soy nacido. 29. Así que, luego se apartaron de él los que le habian de atormentar: y aun el tribuno tambien tuvo temor, entendido que era Romano, por haberle atado. Pablo ante el concilio30. Y el dia siguiente queriendo saber de cierto la causa por qué era acusado de los Judíos, le soltó de las prisiones, y mandó venir á los príncipes de los sacerdotes, y á todo su concilio: y sacando á Pablo, le presentó delante de ellos. |