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jueves, julio 18, 2024
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    Marcos 9 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    1. Díjoles tambien: De cierto os digo, que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto el reino de Dios que viene con potencia.

    La transfiguración

    2. Y SEIS dias despues tomó Jesus á Pedro, y á Jacobo, y á Juan, y los sacó aparte solos á un monte alto, y fué trasfigurado delante de ellos.

    3. Y sus vestidos fueron vueltos resplandecientes, muy blancos como la nieve, cuales lavador no los puede blanquear en la tierra.

    4. Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesus.

    5. Entonces respondiendo Pedro, dice á Jesus: Maestro, bien será que nos quedemos aquí, y hagamos tres cabañas: para tí una, y para Moisés otra, y para Elías otra:

    6. porque no sabia lo que hablaba, que estaba fuera de sí.

    7. Y vino una nube que los asombró, y una voz de la nube que decia: Este es mi Hijo amado, á él oid.

    8. Y luego, como miraron, no vieron mas á nadie consigo, sino á solo Jesus.

    9. Y descendiendo ellos del monte, les mandó que á nadie dijesen lo que habian visto, sino cuando el Hijo del hombre hubiese resucitado de los muertos.

    10. Y ellos retuvieron el caso en sí altercando que seria aquello: Resucitar de los muertos.

    11. Y le preguntaron, diciendo: ¿Qué es lo que los escribas dicen, que es menester que Elías venga antes?

    12. Y respondiendo él, les dijo: Elías á la verdad, cuando viniere antes, reformará todas las cosas y como está escrito del Hijo del hombre, que padezca mucho, y sea tenido en nada:

    13. empero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.

    Jesús sana a un muchacho endemoniado

    14. Y COMO vino a los discípulos, vió grande compañía al rededor de ellos, y los escribas que disputaban con ellos.

    15. Y luego toda la compañía, viéndole, se espantó, y corriendo á él, le saludaron.

    16. Y preguntó á los escribas: ¿Qué disputais con ellos?

    17. Y respondiendo uno de la compañía, dijo: Maestro, traje mi hijo á tí, que tiene un espíritu mudo,

    18. el cual donde quiera que le toma, le despedaza, y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije á tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron.

    19. Y respondiendo él, le dijo: ¡Oh generacion infiel! ¿hasta cuándo estaré con vosotros? ¿hasta cuándo os tengo de sufrir? traédmele.

    20. Y se le trajeron: y como él le vió, luego el espíritu le comenzó á despedazar; y cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.

    21. Y preguntó á su padre: ¿Cuánto tiempo ha que le aconteció esto? Y él dijo: Desde niño:

    22. y muchas veces le echa en el fuego, y en aguas, para matarle: mas, si puedes algo, ayúdanos, teniendo misericordia de nosotros.

    23. Y Jesus le dijo: Si puedes creer esto, al que cree todo es posible.

    24. Y luego el padre del muchacho dijo, clamando con lágrimas. Creo, Señor: ayuda mi incredulidad.

    25. Y como Jesus vió que la compañía concurria, riñó al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres mas en él.

    26. Entonces el espíritu clamando, y despedazándole mucho, salió; y él quedó como muerto, que muchos decian, que era muerto.

    27. Mas Jesus tomándole de la mano, le enhestó, y se levantó.

    28. Y como él se entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?

    29. Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oracion y ayuno.

    Jesús anuncia otra vez su muerte

    30. Y SALIDOS de allí, caminaron juntos por Galiléa; y no queria que nadie lo supiese.

    31. Porque enseñaba á sus discípulos, y les decia: El Hijo del hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán: mas muerto él, resucitará al tercer dia.

    32. Mas ellos no entendian esta palabra, y tenian miedo de preguntarle.

    ¿Quién es el mayor?

    33. Y VINO á Capharnaum; y como vino á casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?

    34. Mas ellos callaron: porque los unos con los otros habian disputado en el camino, quién de ellos habia de ser el mayor.

    35. Entonces sentándose, llamó á los doce, y les dice: Si alguno quisiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.

    36. Y tomando un niño, le puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dice:

    37. El que recibiere en mi nombre uno de los tales niños, á mí recibe; y el que á mí recibe, no me recibe á mí, mas al que me envió.

    El que no es contra nosotros, por nosotros es

    38. Y le respondió Juan, diciendo: Maestro, hemos visto á uno, que en tu nombre echaba fuera los demonios, el cual no nos sigue; y se lo defendimos, porque no nos sigue.

    39. Y Jesus le dijo: No se lo defendais: porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre que luego pueda maldecirme.

    40. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

    41. Porque cualquiera que os diere un jarro de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo, que no perderá su salario.

    Ocasiones de caer

    42. Y cualquiera que escandalizare uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera que le fuera puesta cerca de su cuello una piedra de molino, y que fuera echado en la mar.

    43. Mas si tu mano te fuere ocasion de caer, córtala: mejor te es entrar á la vida manco, que teniendo dos manos ir al quemadero, al fuego que no puede ser apagado:

    44. donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga.

    45. Y si tu pié te fuere ocasion de caer, córtale: mejor te es entrar á la vida cojo, que teniendo dos piés ser echado en el quemadero, al fuego que no puede ser apagado:

    46. donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga.

    47. Y si tu ojo te fuere ocasion de caer, sácale: mejor te es entrar al reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al quemadero del fuego:

    48. donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga.

    49. Porque todo hombre será salado con fuego, y todo sacrificio será salado con sal.

    50. Buena es la sal: mas si la sal fuere desabrida, ¿con qué la adobareis? Tened en vosotros mismos sal; y tened paz los unos con los otros.