32.6 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Lucas 21 - Reina Valera 1862

    La ofrenda de la viuda

    1. Y MIRANDO, vió a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro.

    2. Y vió también a una viuda pobre, que echaba allí dos blancas.

    3. Y dijo: De verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.

    4. Porque todos estos, de lo que les sobra echaron para las ofrendas de Dios; mas esta de su pobreza echó todo su sustento que tenía.

    Jesús predice la destrucción del templo

    5. Y a unos que decían del templo, que estaba adornado de hermosas piedras y dones, dijo:

    6. De estas cosas que veis, dias vendrán, en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.

    Señales antes del fin

    7. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿Y qué señal habrá cuándo estas cosas hayan de comenzar a ser hechas?

    8. El entónces dijo: Mirád, no seais engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y el tiempo está cerca: por tanto no vayais en pos de ellos.

    9. Empero cuando oyereis de guerras y sediciones, no os espantéis; porque es menester que estas cosas acontezcan primero; mas no luego será el fin.

    10. Entónces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino;

    11. Y habrá grandes terremotos en cada lugar, y hambres, y pestilencias; y habrá prodigios, y grandes señales del cielo.

    12. Mas ántes de todas estas cosas os echarán mano, y perseguirán, entregándoos a las sinagogas, y a las cárceles, trayéndoos ánte los reyes, y a los presidentes, por causa de mi nombre.

    13. Y os será esto para testimonio.

    14. Ponéd pues en vuestros corazones de no pensar ántes como hayais de responder.

    15. Porque yo os daré boca y sabiduría, a la cual no podrán resistir, ni contradecir todos los que se os opondrán.

    16. Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros.

    17. Y seréis aborrecidos de todos, por causa de mi nombre.

    18. Mas un pelo de vuestra cabeza no perecerá.

    19. En vuestra paciencia poseed vuestras almas.

    20. Y cuando viereis a Jerusalem cercada de ejércitos, sabád entónces que su destrucción ha llegado.

    21. Entónces los que estuvieren en Judea, huyan a los montes; y los que estuvieren en medio de ella, váyanse; y los que en las otras regiones, no entren en ella.

    22. Porque estos son dias de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.

    23. Mas, ¡ay de las preñadas, y de las que crian en aquellos dias! porque habrá apretura grande sobre la tierra, e ira sobre este pueblo.

    24. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos por todas las naciones; y Jerusalem será hollada de los Gentiles, hasta que los tiempos de los Gentiles sean cumplidos.

    La venida del Hijo del Hombre

    25. Entónces habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y en la tierra apretura de naciones, con perplejidad; bramando la mar y las ondas;

    26. Secándose los hombres a causa del temor, y esperando las cosas que sobrevendrán a la redondez de la tierra; porque las virtudes de los cielos serán conmovidas.

    27. Y entónces verán al Hijo del hombre, que vendrá en una nube con poder y grande gloria.

    28. Y cuando estas cosas comenzaren a hacerse, mirád, y levantád vuestras cabezas; porque vuestra redención está cerca.

    29. Y les dijo también una parábola: Mirád la higuera, y todos los árboles:

    30. Cuando ya brotan, viéndolos, de vosotros mismos entendéis que el verano está ya cerca:

    31. Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, entendéd que está cerca el reino de Dios.

    32. De cierto os digo, que no pasará esta generación, hasta que todo sea hecho.

    33. El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.

    34. Y mirád por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de improviso sobre vosotros aquel día.

    35. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la haz de toda la tierra.

    36. Velád, pues, orando a todo tiempo, que seais habidos dignos de evitar todas estas cosas que han de venir, y de estar en pié delante del Hijo del hombre.

    37. Y enseñaba entre día en el templo; y de noche saliendo, estábase en el monte que se llama de las Olivas.

    38. Y todo el pueblo venía a él por la mañana, para oirle en el templo.